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Continúan los problemas en la zona este de la ciudad, que suma dos actos de vandalismo esta semana a su lista. Esta vez se trata de una papelera quemada cercana a una marquesina de la parada de autobús que hay en Juan Sebastián El Cano lindando con el Arroyo Jaboneros. Los residentes se quejan de que no es un hecho aislado, ya que han visto esta conducta en otras papeleras de la zona que, sumadas a las pintadas de la calle Bolivia o la poca periodicidad de recogida de basura de las mismas, hacen que el descontento sea general.
Además de estas circunstancias, es últimamente común ver de nuevo brozas privadas situadas alrededor de los contenedores de la zona de Pedregalejo alto fuera de los días estipulados para hacerlo. «Tenemos grandes podas en las acera que impiden en ocasiones el paso, algo que para las personas de movilidad reducida es un gran hándicap» explica una lectora, que recuerda que no se ha tratado aún el tema de las farolas y los postes de la luz en algunas de estas calles, que siguen impidiendo el paso.
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Esto coincide en la misma semana que esta sección publicaba la queja de los vecinos de la calle Villafuerte, que explicaban que Limasam (que no Emasa como se redactó por error el pasado lunes) instaló hace ya varios días un total de cinco contenedores de basura que unido a la obra que han hecho en la calle para la instalación de la marquesina de los autobuses ha generado una situación de hedor constante.
Lo explica Verónica, lectora habitual de SUR, en una carta a esta sección: «Soy vecina del distrito Bailén-Miraflores. Me gustaría hablar sobre la obra de la Plaza Aurelio Gomollón, que lleva un tiempo parada. Nos explican que es por problemas con las jardineras. No obstante, han llegado a nuestros oídos que la obra de la plaza de Bailén también está parada. Los vecinos estamos indignados a puertas de un verano y unas vacaciones en las que los niños puedan quedarse sin parque para poder jugar», explica con cierta indignación, y confía que esta publicación dé respuesta a muchas de las dudas suyas y de otros residentes de este barrio malagueño.
Los aledaños del Cottolengo –la Casa del Sagrado Corazón de Málaga que abrió sus puertas en la calle López Pinto en 1965 para acoger a los más pobres– se encuentran desde hace bastante tiempo en situación de emergencia en lo que a basura se refiere. Hay varios solares colindantes al paseo marítimo Antonio Machado que tienen gran cantidad de desperdicios: bolsas de basura, comida en descomposición y otros restos que hacen de los mismos unos enclaves en completa decadencia, además de ser un punto de insalubridad tangible en la zona.
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