Los accidentes en patinete son ya una de las primeras causas de traumatismos en Málaga

En las urgencias del Hospital Regional se atienden entre uno y dos casos cada semana, sobre todo lesiones –en algunos casos de gravedad– en piernas, rodillas y pies. Mientras que en las mutuas de accidentes laborales se ha colado recientemente entre las principales causas de atención, por los siniestros que se producen en los trayectos hacia o de vuelta al trabajo (in itinere).

El número de accidentes que se produce a bordo de estos vehículos contrasta con su todavía baja –aunque claramente creciente– implantación como medio de transporte masivo. A falta de otra referencia, el Estudio de Demanda de Movilidad del OMAU, dependiente del Ayuntamiento, fija en sólo un 1,7% los desplazamientos diarios que se producen en bicicleta, a los que se pueden asimilar los de los patinetes en cifras similares. Para comparar, la primera causa de traumatismos atendidos en las urgencias son los accidentes en moto, pero estos vehículos tienen una presencia muy superior en las calles (suponen el 6,7% de los desplazamientos).

David Montes es traumatólogo del Hospital Regional de Málaga (antiguo Carlos Haya) y está acostumbrado a atender a personas lesionadas en las guardias de urgencias. «Vemos muchos accidentes de patinete, mi impresión es que la media es de uno o dos a la semana; es constante», afirma.

A su juicio, la ciudad, por el buen tiempo, se presta mucho a la movilidad alternativa. A ello, se une la falta de carriles bici, lo que obliga a circular por la calzada. «Los patinetes ya son una nueva columna en la estadística».

Los accidentes en moto siguen siendo los primeros de la lista para los traumatólogos, aunque los nuevos vehículos eléctricos han desbancado a las bicis y ya son la segunda causa de accidentes con resultado de fractura. «Son peligrosos, pueden alcanzar la misma velocidad que una moto pero no tienen las mismas medidas de seguridad; se ven más fracturas por esta causa que por bicis».

En cuanto a la tipología de daños, esta viene marcada por el hecho de que el usuario de patinete se suele accidentar solo, por exceso de velocidad, de confianza o por baches y charcos; mientras que en la moto suele estar implicado otro elemento, ya sea un coche o un peatón. «A la moto se la dan, el patinete se cae». Por ello, lo más habitual es sufrir lesiones de los miembros inferiores, tales como fracturas de tibia (la número uno); de la meseta tibial, la rodilla y el tobillo.

El de Mirian Gil Guerra es uno de los casos más graves que se han producido recientemente en Málaga. Contable de 40 años, le tocó un patinete eléctrico en un sorteo de su empresa. Estuvo 20 días usándolo para ir y venir al trabajo, hasta el día en el que una mujer que iba andando y hablando por el móvil invadió el carril bici por donde ella circulaba. «Para no atropellarla lo solté y me fui de boca contra el muro del puente de las Américas».

El resultado: una fractura doble de radio y cúbito de los dos brazos a la vez, algo sumamente atípico; además de rotura de los pómulos de la cara y de la encía. Mirian Gil lleva más de un año de baja, en tratamiento médico y de fisioterapia, además del psicológico y el psiquiátrico, a cargo de la mutua Asepeyo, ya que tuvo el accidente de camino al trabajo.

«Soy una persona muy activa e independiente, y verme cinco meses con los dos brazos escayolados, dependiente para todo de mi familia, me genera mucha frustración», se lamenta. «Cuando ves que no puedes abrir la nevera, ni una botella de agua, ni coger el mando, te hundes, recuerdas aquel momento y te arrepientes de haber cogido el patinete.

Ha pasado por seis operaciones y, si todo va bien, todavía le quedará una más. «El máximo peso que puedo coger es una botella de agua pequeña con la derecha, y con la izquierda nada; mi vida ha cambiado radicalmente».