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El que será el mayor proyecto residencial para el Centro de Málaga, y que reemplazará a los edificios ya casi desalojados de Callejones del Perchel y las calles Malpica y Montalbán, ha iniciado su tramitación urbanística después de que el Ayuntamiento lo aprobara inicialmente el ... pasado día 17. Tras esta operación inmobiliaria se encuentra la empresa madrileña Dazia Capital Real Estate, que hace dos años se hizo con la propiedad de los inmuebles con el objetivo de sustituirlos por una promoción que dará cabida a 193 viviendas en construcciones de hasta cinco plantas de altura, repartidas en tres manzanas.
La Gerencia Municipal de Urbanismo ha expuesto ya en su página web las características de esta singular actuación, un documento elaborado por el estudio de arquitectura local de HCP en el que se detallan algunas cuestiones de la transformación que va a experimentar este sector del Perchel. Así, según se apunta en la memoria del estudio para su planificación, esas 193 viviendas vendrán a sumar una población de 463 nuevos habitantes para esta zona del Centro. No obstante, todavía quedan años para que esos nuevos vecinos entren en sus hogares, ya que, en un escenario «normal», se estima un plazo de cinco años para completar la construcción de los nuevos bloques.
Y es que, antes de su realización, todavía deben producirse varios hitos. En primer lugar, tiene que completarse el desalojo de los edificios actuales, en los que todavía quedan dos familias de renta nueva y tres de renta antigua que, por ahora, se niegan a aceptar la oferta económica de la promotora para abandonar sus hogares, una compensación que, en otros diez casos similares, ha ascendido a 170.000 euros por casa.
No obstante, desde Dazia confían en que estos casos, para los que se cuenta con el asesoramiento de Francisco Gutiérrez, 'Paco Guti', conocido histórico del sindicalismo malagueño (CCOO) y exdefensor del Ciudadano en la Diputación de Málaga, puedan resolverse en los próximos meses. Asimismo, la promotora también prevé iniciar este mismo año los trabajos de demolición de los edificios, para lo que ya ha pedido las licencias correspondientes de derribo. Su objetivo es evitar situaciones de ocupación irregular, para lo que los ha dotado con unas alarmas que facilitan la actuación policial en el momento en que se detecta que han sido invadidos. Esto permite desalojar de forma inmediata a las personas que hayan entrado, antes de un plazo de 48 horas, durante el cual se considera que la ocupación es un delito de allanamiento de morada.
Completado el derribo de los edificios, el siguiente paso, una vez que se obtengan los permisos necesarios, será el inicio de las primeras obras, que se centrarán en la ejecución de dos sótanos de aparcamientos sobre los que se asentarán las viviendas, repartidas en tres conjuntos. Está previsto que estos dos sótanos tengan capacidad para 205 plazas para las 193 viviendas, una cantidad que podría elevarse a 223 plazas si las plantas bajas se destinan a locales comerciales, o a 247 plazas si parte del proyecto alojara oficinas.
La ejecución de estos dos sótanos implicará ocupar el subsuelo de la actual calle Huerto de la Madera, que quedará para un uso totalmente peatonal. No obstante, la construcción de esta zona subterránea del proyecto está condicionada a la ejecución de sondeos arqueológicos, ya que en el propio expediente figura un informe en el que no se descarta la presencia de restos de lo que fue el Arrabal de Attabanim, como los que ya afloraron durante las obras del metro y en otros proyectos.
Asimismo, la operación, para la que se estima un volumen de inversión del orden de 16 millones de euros, supondrá una reurbanización de las calles que la jalonan de forma que, en algunas de ellas, se reforzará su uso peatonal. Así, en la calle Montalbán, donde los edificios del proyecto alcanzarán una altura de planta baja más cinco (como también sucederá en la fachada a Callejones del Perchel), se suprimirán los aparcamientos en superficie junto a la fachada del futuro bloque, haciendo que el acerado pase de 1,25 a 3,10 metros.
De igual modo, en las calles Arco y Malpica, la intención es transformarlas para dejar calzada y aceras a un mismo nivel, de forma que el tráfico que podrá circular por ellas será únicamente el de residentes de la zona. En el caso de la calle Arco, también se suprimirán las plazas de aparcamiento en superficie, con lo que se logran unos márgenes peatonales de 2,5 metros de anchura y una calzada central para circulación limitada de 3,55 metros. Por último, en la calle Angosta del Carmen, se amplía el acerado sur a 1,80 metros, con una sección similar a la de la calle Cuartelejos.
La calle Huerto de la Madera quedará como una suerte de «plaza longitudinal» totalmente peatonal, según se precisa en el expediente urbanístico, y hacia ella las futuras construcciones tendrán una altura de planta baja más tres, la misma que alcanzarán hacia las calles Arco, Malpica y Angosta del Carmen.
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