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Pilar R. Quirós
Jueves, 1 de junio 2017, 00:26
Los restos del aceite se veían ayer sobre el suelo de la calle Roma, pese a que lo habían fregado con ahínco. Desde la entrada hasta la segunda planta, el catering con los fogones improvisados en el lateral de la casa consistorial, que es un inmueble Bien de Interés Cultural (BIC), era un tema de conversación recurrente. Los funcionarios más jocosos decían que bar no hay para que no se entretengan, pero que los cócteles y convites varios los celebran a toda pastilla y las sartenes las ponen hasta en la calle, apuntaba uno ellos. Un segundo, más informado, explicaba que habían tenido que sacar un alargador por la ventana para enchufar uno de los aparatos de la cocina a cielo abierto, tan abierto, que como contábamos ayer, el olor a fritanga era permeable y descriptible a varios metros a la redonda. «Y los turistas bajándose a escasos metros...», decía un tercero. Cierto. Llegan en autobuses a la avenida de Cervantes y detrás, en la calle Guillén Sotelo.
Los grupos de la oposición no vivieron ajenos, al igual que tampoco los funcionarios de la oficinas que lindan con los jardines de Pedro Luis Alonso, y se quejaron ayer de tener que haber cerrado las ventanas por la humareda que subía. La edil de IU-Málaga para la Gente, Remedios Ramos, explicaba guasona, que ya puestos por qué no habían colocado una barca para hacer espetos. Al lado, el portavoz Eduardo Zorrilla explicaba que el primero de mayo IU hace tradicionalmente una paella y ocupan la calle Cerrojo, con permiso, pero que el Ayuntamiento les obliga a cocinarla en la sede. «Y me parece bien, es la normativa. Lo peor de todo es que los que montaron (anteayer) el catering en la calle tendrían el visto bueno del alcalde Francisco de la Torre, pero habrá que ver si tienen permisos. Zorrilla le pide en una carta al alcalde explicaciones y si se han tomado medidas higiénico-sanitarias y de seguridad para ese montaje.
El grupo socialista irá más allá y presentará una moción en Economía, como explicaban la portavoz Mari Carmen Moreno, y los ediles Lorena Doña y Sergio Brenes. El objetivo es que se regulen los usos del edificio, que está protegido. «No para de haber eventos de almuerzos y cenas en el patio de Banderas y el salón de los Espejos, y este no debe ser el sitio, porque además no hay cocina, para eso está el Palacio de Ferias», apuntó Moreno.
Onda Azul: Recurre la improcedencia de un despido
La televisión municipal Onda Azul recurrirá ante el TSJAel fallo del Juzgado de lo Social número 10, que declaró improcedente el despido del jefe de administración Alejandro Briales. En concreto, el juzgado sentenció que debería readmitirse a Briales con las mismas condiciones que regían antes de producirse el despido, o bien y a su elección, a que se le abone una indemnización de 24.789 euros.
La televisión parece que por fin podrá aprobar sus cuentas anuales, las de 2016, tras haberlas reformulado, el próximo lunes en un consejo de administración. Entre otras correcciones, han debido anular la amortización de las cámaras por valor de 68.200 euros que compró la anterior gerente, Fátima Salmón, a Gain&Peak, y que nunca llegaron, asunto que está en el juzgado de instrucción 12 de Málaga. Esta adquisición fallida fue uno de los motivos que provocó la apertura del expediente disciplinario y el despido a Briales.
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