Nuria Triguero
Martes, 2 de mayo 2017, 00:33
Presume de llevar recorridos ya 30.000 kilómetros y haber dialogado «con miles y miles de militantes» desde que anunció su intención de competir por el liderazgo del PSOE. Dentro de una campaña que descarta los grandes mítines y apuesta por encuentros a pequeña escala, Patxi López (Portugalete, 1959) estuvo días atrás en Málaga, territorio susanista, para reunirse con un centenar de afiliados.
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¿Cómo se plantea el proceso de recogida de avales? ¿Es una forma de medir fuerzas con sus rivales?
No, no, lo he dicho siempre, esto no es una guerra de avales. De lo que se trata es de encontrar la confianza de los militantes a la hora de votar, no de avalar. Hemos visto de todo en este partido: candidatos con más avales que votos, algunos que prestaban avales a otro candidato... Yo quiero tener los avales para ser candidato y punto, no voy a hacer una guerra de avales como otros que parece que quieren hacer demostraciones de fuerza.
¿Qué opina sobre la polémica del censo electoral? ¿Cree, como el equipo de Pedro Sánchez, que no se han hecho las cosas bien?
Cada vez que hay un proceso de primarias hay avalancha de afiliaciones. Y siempre que eso ocurre se paran y se van mirando una a una para garantizar y verificar. Esto dentro de nuestras normas tiene un proceso de tiempo, creo que 30 días. Si tú quieres cerrar el censo en un día determinado pero quieres dar la garantía de que los que han llegado ese mismo día también puedan incorporarse necesitas unos días. Y no pasa nada. Lo que importa es que cuando se vaya a votar el censo ya sea definitivo. Es una cuestión técnica que creo que no debiera formar parte del debate. Es un procedimiento que siempre ha sido el mismo, los trabajadores de Ferraz que están con el censo son los mismos desde hace mil años y siempre hemos confiado en ellos; no vamos a empezar ahora con desconfianza.
¿Cómo va a ser su campaña?
Como ha sido hasta ahora. Unos prefieren hacer mítines en los que concentran a los militantes para que les escuchen y luego se van. Yo voy a las agrupaciones, a las casas del pueblo, y mantengo conversaciones abiertas con los militantes porque creo que ellos no sólo tienen que escuchar lo que decimos los candidatos, sino que tienen que opinar. Por eso yo me hecho 30.000 kilómetros y ya son unos cuantos miles de militantes a los que he escuchado. Creo que esta forma de concebir la campaña es respetar lo que es un proceso de primarias. Porque si es la hora de los militantes, no será solo para que voten, será para que participen de la definición de lo que quieren que sea su partido. ¿O hablamos de los militantes pero luego les llamamos sólo para que llenen mítines y agiten banderas? Yo rechazo esa forma de hacer campaña. Hay mucha gente, le puedo decir, que llega sin tener claro a quién va a apoyar y después de hablar conmigo, sale más o menos convencido de que lo que necesitamos es esto que defiendo de unir al partido y definir un proyecto de izquierdas.
¿En qué se diferencia su proyecto de los otros dos candidatos?
Eso seguramente lo tendrán que decir los militantes pero creo que hay diferencias de forma y de fondo. De forma, una se la acabo de decir: entender que los militantes no están sólo para llenar mítines y agitar banderas. Otra, que desde el primer momento he dicho a mi equipo que ni una sola descalificación, ni un solo insulto para enfrentar a unos socialistas con otros. Y creo que lo estamos cumpliendo a rajatabla. Sin embargo, no está siendo así este proceso. Lo vemos en la tele todos los días: la agresividad que existe. Mire, mi objetivo es unir al Partido Socialista, no mantener esta división y este enfrentamiento. Creo que además la unidad ni siquiera es una opción, es una obligación. Porque si seguimos divididos da igual quién gane las primarias, vamos a perder absolutamente todos. Y mi objetivo es definir un proyecto de izquierdas, claro, nítido, que no sea atemperador de las políticas del PP, pero que tampoco busque una alianza ciega con un Podemos que lo que vemos es que quiere sustituir y atacar al Partido Socialista. Eso también marca diferencias de qué cosas estamos diciendo cada uno de nosotros. Yo quiero volver a ocupar el espacio que nos corresponde, no andar mirando todo el día a izquierda y derecha como si no supiéramos cuál es nuestro sitio. ¡Algunos lo sabemos!
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Cunde la idea de que frente a la polarización entre Susana Díaz y Pedro Sánchez usted no tiene opciones reales de ganar.
El hueco está, existe. Yo entiendo que es mucho más visible si sale en la tele un mítin de dos mil personas y se visualiza ese choque de trenes. Pero he estado con muchos más militantes que los que se han podido juntar en no sé cuántos mítines. Y estoy convencido de que hay un espacio más silencioso, de militantes que hacen menos ruido pero que es central en el PSOE, que no quieren ese choque de trenes; no quieren ver a su partido roto y enfrentado. Que lo que dicen es: vale, lo hemos hecho mal, peor no lo podíamos hacer, pero tenemos que dejar esto atrás y ver cómo sumamos e integramos a todos los que podemos tener sensibilidades distintas y defender un modelo diferente, para tener una dirección compartida y un proyecto colectivo.
Pongámonos en el día después de las primarias. ¿Qué hace si gana y qué hace si pierde?
Si gano, que llamo a los otros dos candidatos para sentarnos en una mesa y les digo: oye, se acabó la broma. No podemos seguir divididos, no podemos tener un nuevo congreso fallido donde el que no ha ganado se queda organizando una especie de oposición interna. Eso ya lo hemos vivido y nos lleva al desastre. Vamos a ver cómo sumamos entre todos y cómo tenemos al 100% del PSOE detrás de un proyecto y de una dirección. Y si no gano, llamo a quien haya ganado y le digo: a tu disposición. No para que integres a Patxi López, ojo, sino para ver cómo sumamos todas estas sensibilidades que siempre han existido en el partido y que no debiéramos mantenerlas enfrentadas.
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¿Con qué candidato tiene más ideas en común, con Díaz o con Sánchez?
Con Patxi López. Jeje je, no, quiero decir que yo tengo la obsesión de la unidad y de integrar. Y tengo la experiencia de haberlo hecho. Cuando fui elegido secretario general del PSOE en Euskadi, era un partido roto por la mitad. Fuimos tres candidatos y tuve el cincuenta y pocos por ciento de los votos. Un año después salió un proyecto que aglutinó al 99,8% de los socialistas vascos y que nos llevó a conquistar el gobierno vasco.
¿Descarta un pacto con algún rival antes de las primarias?
Sí, si es por mi parte sí. Porque los militantes tienen derecho a decidir y elegir. Y no vale hacer apaños por arriba que dejen otra vez la militancia al pairo. Aquí hay tres propuestas, pues que los militantes elijan.
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No pocos piensan que gane quien gane, el partido seguirá fracturado.
Eso es lo que no puede ser. No podemos repetir el error de congresos anteriores, en los que salíamos con la apariencia de unidad pero en el minuto uno ya había organizada una especie de oposición interna para debilitar a la nueva dirección. Tan importante como quién gana las primarias es qué hacemos al día siguiente. Afortunadamente desde el día de las primarias hasta el día del ongreso va a haber un tiempo en el que debiéramos dedicarnos sólo a ver cómo sumamos. Si nos seguimos gritando entre nosotros, nadie nos va a escuchar.
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