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Pilar R. Quirós
Miércoles, 5 de abril 2017, 00:28
Segunda planta. Ala este. En un córner que mira al paseo principal del parque, a la bahía de Málaga, y al Banco de España. Una biblioteca cargada de libros jurídicos, muchos de su propia autoría. En las paredes, alguna pintura propia del patrimonio municipal. Y en la entrada, antes de acceder al despacho, su secretaria, Aurora de la Rubia. Sin titubeos, ni miedo a la equivocación, una de las funcionarias más risueñas y amables de la Casona. La sonrisa surca a diario las comisuras de sus labios. No se le recuerda un mal gesto.
De la Rubia y un buen equipo de profesionales son la carta de presentación del único habilitado nacional que le queda al Ayuntamiento en su plaza como titular, habida cuenta de que el interventor, José Antonio González y el tesorero, Rafael Talavera, se han jubilado. Es el secretario general Venancio Gutiérrez Colomina. En su oficina, muy frecuentada por los ediles de los distintos partidos políticos, miembros de gabinete de Alcaldía, servicios jurídicos, gerentes municipales, directivos, etc, casi siempre hay cola para entrar, pero nadie se queda fuera. Como muestra, el concejal no adscrito Juanjo Espinosa, que anduvo errante durante varios meses sin cubículo oficial, acabó teniendo asilo político en este departamento. El edil morado ocupaba, siempre que la necesitaba, la sala de juntas. Una muestra más de que la hospitalidad se la toman como una máxima.
Pues bien, en ese despacho con una interesante biblioteca jurídica, hay un nuevo ejemplar que firma el habilitado nacional, junto a otros cuantos que ha escrito, o que ha dirigido: Guía sobre el procedimiento administrativo común y especialidades (editorial Tirant Lo Blanch). Cuando Gutiérrez Colomina, del malagueño barrio de la Malagueta, abandonó el Ayuntamiento de Sevilla, donde era secretario general para venir a Málaga los hispalenses no se lo podían creer porque nunca había acontecido nada igual en la capital del sur de España , Jesús Hinojosa le hizo una entrevista en este periódico, que titulaba de la siguiente manera:«Intentaré buscar fórmulas para la modernización del Ayuntamiento». Corría el año 2007, y ahora, justo una década después, tiene en sus manos el ejemplar para seguir ayudando en todo este proceso, en el que él se está involucrando especialmente. De hecho, en breve las actas de pleno, que firma la Secretaría General, serán en formato vídeo. El colmo de la modernidad en una administración en la que hasta hace poco todo era de puño y letra.
En la citada guía, Gutiérrez Colomina le explica a los empleados públicos cómo facilitar la implantación electrónica en la administración. Yno se circunscribe tan sólo al ámbito local. Quiere iniciar en el lenguaje electrónico, es decir on line, a trabajadores de cualquier administración, médicos, profesores, personal laboral, etc. El cambio se produce con la entrada en vigor el pasado mes de octubre de las leyes 39 y 40/2015que modifican este panorama de cara al ciudadano y que pretenden que la burocracia deje de ser una pesada losa, aunque también exige a los españoles de a pie a ir poniéndose al día con todo lo que supone una comunicación más ágil con la administración.
Como bien explica el catedrático de Derecho Administrativo de la UMA, Diego Vera, el secretario general del Ayuntamiento de Málaga no necesita presentación en estos ámbitos. Suyo es también el ejemplar Urbanismo y Territorio en Andalucía (editorial Aranzadi), un tochazo con todo, todo y todo lo que hay que saber de la normativa urbanística que rige en el sur de España. Es el libro de cabecera de los que se mueven en la cosa del ladrillo y aledaños y ya va por su tercera edición.
Ahora, Gutiérrez Colomina dice estar especialmente volcado en la transparencia, esa palabra que a algunos políticos cuando se les menciona les da cierta urticaria, pero que marca el sino de los nuevos tiempos. El gobierno, cualquier gobierno, tiene que dar cuentas a los ciudadanos a través de las webs de transparencia y por medio de los procedimientos reglados. Saber es esencial para tener una opinión formada en la sociedad del conocimiento. Yen estos menesteres, nadie duda de que el secretario lo que se dice saber, se las sabe todas.
Transparencia. Zorrilla y su carteo con Urbanismo
El open government, que pusiera en boga el último presidente open-minded (abierto de miras, tolerante) que dio Estados Unidos, Barack Obama, acabó traduciéndose, menos mal, al español por gobierno abierto, que esta vez francamente suena bien, y que no significa otra cosa que involucrar a los ciudadanos en la gestión de ciertas tareas de la gobernanza, es decir hacerles partícipes de la misma.
Antes de que todas estas palabrejas hicieran aparición y se expandieran por este mundo globalizado (a algunos países está llegando con más éxito que a otros) en el Ayuntamiento los grupos de la oposición podían ya echar mano del artículo 16 del Reglamento Orgánico de Pleno (ROP) por el que hacían y hacen peticiones de información elaborada. La última del portavoz de IU-Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, pasaba por preguntar a Urbanismo sobre un tema, que a priori parece sencillo:los inmuebles BIC (Bien de Interés Cultural)del Centro Histórico y los informes de demoliciones de estos edificios. Parece lógico que el Ayuntamiento tuviese un registro pormenorizado de este asunto mayor. Pues la respuesta por peteneras del concejal de Urbanismo, Francisco Pomares, es que se trata de una ardua labor de búsqueda de un gran número de expedientes que entorpece el principio de eficacia administrativa. Si la Gerencia no ha digitalizado ya esta información básica, apaga y vámonos.
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