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Campa llena de coches nuevos de importación, una de las actividades económicas que se resentirá a causa de los paros.
La industria cárnica y la del cemento, en jaque por la huelga de estibadores

La industria cárnica y la del cemento, en jaque por la huelga de estibadores

Los paros, anunciados para los días 20, 22 y 24, provocarán el desvío de las operativas de algunas navieras a Marruecos y el bloqueo de 1.500 coches sin descargar

Ignacio Lillo

Miércoles, 15 de febrero 2017, 00:56

Los sindicatos de estibadores mantienen la convocatoria de huelga, con paros parciales en horas alternas que comenzarán el próximo lunes 20 de febrero, y que seguirán el 22 y el 24. La decisión se produce tras acabar sin acuerdo la reunión de ayer con el Ministerio de Fomento y la patronal para negociar la reforma que el Gobierno tiene previsto aprobar el próximo viernes, y que viene impuesta por una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.

¿Cómo repercutirá la protesta en el puerto de Málaga? De entrada, hay que decir que esta infraestructura se enfrenta a un problema grave como este en el peor momento, en el arranque del año que pretende ser el de la consolidación de las buenas cifras, especialmente en el tráfico de graneles. Estas instalaciones lograron en 2016 el mayor volumen en cinco años. Los muelles se han quedado rozando los tres millones de toneladas, lo que supuso un aumento del 26,5% sobre el ejercicio anterior. Gracias a este movimiento, la Autoridad Portuaria generó unos ingresos de explotación de 18 millones de euros, y unos beneficios de 1,5 millones.

El proceso de reconversión productiva que se ha vivido en los muelles entre 2014 y 2015, a causa de la inauguración de Tanger Med y la pérdida del mercado de contenedores, empezó a dar sus frutos precisamente el año pasado. En esta evolución tuvo un papel clave el movimiento de graneles. En el caso de los sólidos, casi la mitad corresponde a la exportación de cemento y clínker de la fábrica de La Araña. En total, este segmento subió un 27,5% y roza los 1,75 millones de toneladas. También se ha producido un repunte de la entrada de granos para la alimentación del ganado.

Otra de las nuevas estrellas del tráfico portuario malagueño es la importación de coches nuevos. Llegaron algo más de 57.000 unidades, la mayoría procedentes de la factoría de Renault-Dacia en Tánger (un 14% más). En cuanto al tráfico de contenedores, fue mejor de lo que se esperaba, aunque muy lejos de las cifras de hace cinco años: se movieron 119.000 unidades (la mayoría en vacío), con un peso de 476.500 toneladas y una subida de casi el 36%.

Y para mover todas estas mercancías es necesario el trabajo de los cien estibadores que componen la plantilla malagueña. La primera consecuencia, que ya se está produciendo, es que, según fuentes del sector, aunque todavía no está cerrada la previsión de barcos del próximo lunes, ya tienen constancia de navieras de contenedores como Maersk que han desviado sus rutas para descargar en Tánger competidor directo de Málaga y Algeciras y en los del sur de Portugal, en vez de hacerlo aquí. «Vienen unos días complicados», comentan fuentes portuarias, que no esconden su preocupación por lo que se avecina.

Sube la tensión del conflicto tras el fiasco del diálogo con el Ministerio de Fomento

  • J. A. BRAVO. La temperatura del conflicto en el sector de carga y descarga de mercancías en los puertos subió ayer varios grados tras el fiasco del diálogo entre Fomento y el sector. Las posturas, epítetos aparte, están tan enfrentadas que incluso los estibadores anunciaron ayer que probablemente convoquen más días de huelga aparte de los tres ya previstos para la semana próxima.

  • La cara más visible del colectivo de los estibadores quiso dejar bien claro lo que puede pasar a partir de ahora. Si como se prevé el Consejo de Ministros aprueba este viernes el polémico decreto que liberalizará el sector, «nos obligará a convocar otros avisos de prehuelga». Por ahora hay paros previstos los próximos días 20, 22 y 24 durante toda la jornada aunque en horas alternas. «No vamos a esperar sentados a que llegue la carta de despido», advirtió tras acusar al Ministerio de Fomento de mantener una postura «cerrada» y «simular un proceso de negociación». «Es inadmisible que el Gobierno plantee subvencionar un despido masivo con fondos públicos», añadió. Esos añadidos que incluyen un periodo transitorio de tres años, según el departamento que dirige Iñigo de la Serna, «permiten la mayor flexibilización en la garantía del empleo» en un sector que cuenta con 6.156 trabajadores registrados (los últimos datos son de 2014) y que el Gobierno espera que se puedan triplicar a medio y largo plazo con su reforma. El problema es que antes podría haber un ajuste y a eso se oponen los sindicatos.

El sector agroalimentario será otro de los grandes perjudicados. Por un lado, por el retraso en la recepción de graneles agroalimentarios para la alimentación del ganado de las industrias cárnicas. Pero también en la exportación de carne. El presidente de Famadesa, Federico Beltrán, recuerda que su empresa mueve grandes cantidades de producto congelado en contenedores desde los muelles malagueños, y puede soportar uno o dos días de retraso, pero no mucho más. Además, trabajan con una previsión de comida para el ganado como para cinco o seis días. «No es una situación agradable pero los trabajadores están en su derecho, no será grave si se hace bien y se respetan los servicios mínimos», comenta, y espera que el conflicto se solucione pronto.

Otras de las industrias que se verá directamente afectada será la fábrica cementera de La Araña, que destina prácticamente toda su producción a la exportación, y que estos días tendrá problemas para embarcar. Materiales como el clínker, la dolomita y el cemento están dentro de esta rama de graneles sólidos que se desplazan desde Málaga.

Además, estos días está prevista la llegada de tres barcos cargados con unos 1.500 automóviles nuevos de importación, que también tardarán más en llegar a sus respectivos concesionarios. Por descontado, si había alguna posibilidad de recibir algún portacontenedores estos días se ha esfumado, puesto que este tráfico es el que tiene más facilidades para descargar en cualquier otro punto del entorno. También es posible que haya problemas con las líneas regulares con Melilla.

La cuestión de los sueldos

Al margen del impacto social de la huelga, uno de los elementos del conflicto que suscita más polémica es la cuestión de los sueldos de los estibadores. Estos trabajadores cobran en función de su producción diaria, y puesto que en Málaga la actividad es inferior a otras instalaciones, los sueldos también lo son. Según las empresas integradas en la Sociedad de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep), el sueldo medio está entre 2.400 euros y 2.800 euros al mes, con unos 10 a 14 días de trabajo. Por su parte, los estibadores rebajan esta cuantía hasta unos 1.500 euros mensuales.

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