La mayoría de los malagueños sigue tirando sus muebles sin avisar a Limasa

Que los malagueños dejen de tirar sus muebles viejos en la vía pública sin previo aviso sigue siendo una de las principales asignaturas pendientes de la ciudad en materia de limpieza. Y también una muestra más de los malos hábitos que aún permanecen instalados en buena parte de la población. Hay un teléfono gratuito (900 900 000) para que cualquier persona pueda solicitar este servicio y una quincena de vehículos dando vueltas por la ciudad, pero no hace falta callejear demasiado para encontrarse en cualquier barrio un sofá, un colchón o un armario junto a un contenedor porque algún vecino los ha tirado sin advertir al equipo de recogida de muebles de Limasa. Los operarios recorren cada zona una o dos veces por semana, pero siempre dando prioridad a los enseres cuya retirada ha sido acordada en fecha y hora con el ciudadano que ha llamado.

El problema es que muy pocos lo hacen. De hecho, apenas el 20% de las actuaciones de los empleados de este servicio responden a requerimientos ciudadanos. Y no es porque dejen de tirarse muebles. Según la última memoria de gestión de la empresa de limpieza, correspondiente a 2015, ese año se retiraron de la vía pública 3.364,37 toneladas de enseres, un 9,6% más que en 2014 (3.068,93). A modo de referencia, en 2012 se recogieron 3.702,7 toneladas.

Cambio desde este mes

Para tratar de darle la vuelta a esta realidad y optimizar mejor los recursos, Limasa tiene previsto reorganizar la recogida de muebles a partir de este mismo mes de enero distribuyendo al personal por rutas en lugar de intervenir en función de la demanda. Lo primero que se hará será colocar en todos los contenedores pegatinas en las que se indicará el día de recogida en cada barrio, dejando bien claro que el vehículo sólo pasará los días señalados. Se seguirán atendiendo las peticiones de los usuarios, pero se les remitirá a la misma información que se pondrá en los contenedores, en la que también se recordará que desprenderse de los muebles y demás enseres sin comunicación previa puede acarrear una multa de hasta 750 euros al estar calificada esta conducta como una infracción leve en la normativa municipal.

En definitiva, se trata de que en vista de que darle prioridad a las llamadas tampoco ha mejorado la situación ya que al actuar a demanda se pierde tiempo en trayectos largos y se dejan de cubrir todas las zonas, a partir de ahora sean los propios vecinos los que tomen conciencia sabiendo qué día de la semana pasa el camión de recogida.

«Cierto es que con este nuevo sistema los muebles se pueden quedar varios días tirados, pero confiamos en que poco a poco los ciudadanos se vayan mentalizando», afirma el concejal de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, quien asegura que «el servicio está sobredimensionado, porque aunque hay 15 vehículos operativos, la gente sigue tirando sus muebles cuando quiere a pesar de que tenemos habilitado un teléfono gratuito para ello».

Aunque no hay una fecha fijada, la intención del equipo de gobierno es que el nuevo sistema se ponga en marcha a lo largo de este mes, distribuyendo los 109 barrios de la ciudad en distintas rutas de forma que en las zonas más pobladas de la capital el servicio se realice dos veces por semana y en el resto, al menos una.