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Pilar Martínez
Jueves, 24 de noviembre 2016, 00:41
Optimista sobre el futuro del turismo, y fiel a su carácter visionario, el presidente de la cadena AC Hoteles by Marriott, Antonio Catalán, defendió ayer al empleado como el principal patrimonio del sector, apeló a la responsabilidad social de los empresarios de sacar adelante a este país creando y mejorando la calidad de las condiciones laborales, y consideró que el futuro pasa por dar el salto a los mercados exteriores con alianzas con empresas internacionales. Lo hizo en el Foro Lidera Málaga, que organiza la Diputación, SUR y el hotel AC Málaga Palacio, donde se celebró el evento que reunió ayer a más de un centenar de autoridades, con el alcalde de la capital de la Costa a la cabeza, Francisco de la Torre, y profesionales de distintos ámbitos de la provincia.
Alto, claro y sin pelos en la lengua culpó a la reforma laboral del deterioro del empleo en el sector turístico, pese a que éste cosecha cifras históricas de negocio, al permitir despedir a 20 días por año a toda la plantilla y subcontratar después los servicios. Pero también responsabilizó de ello a esos profesionales, a los que no consideró empresarios, «que hacen negocio y ya está».
Catalán destacó que en sus hoteles practica una filosofía totalmente contraria: todos los trabajadores son fijos, incluidas las camareras de piso, porque considera que un trabajador contento es la mejor garantía de un buen servicio y de un cliente satisfecho.
Con rotundidad aseguró: «Hay que transmitir valores y esfuerzo. No puede valer todo. Si hay que ganar más dinero a base de sacrificar personal, prefiero ganar menos», recalcando que los empresarios tienen la responsabilidad de generar «más y mejor empleo». Consideró que el gran fallo de la reforma laboral es que «no puede ser café para todos», poniendo como ejemplo la aberración de que se pueda externalizar el servicio de camareras de piso, empeorando las condiciones de estas trabajadoras hasta el extremo de cobrar tres o cuatro euros la hora. «Nosotros no externalizamos los pisos para que estas trabajadoras pasen de cobrar un sueldo de mil euros a 650 y a trabajar más días y más horas. Aceptar eso supone un deterioro del producto y de la imagen. Los listos de la película siempre son los mismos», consideró, para destacar que el valor de AC by Marriott son las personas y la continua formación de las mismas. De nuevo puso como ejemplo el AC by Marriott Málaga Palacio: «Tiene cuatro millones de euros de resultados. La gente está feliz, tanto que tenemos a empleados que no se quieren jubilar».
Que el AC Málaga Palacio vaya como un cohete cuando cumple 50 años de vida, pese al aumento de la oferta hotelera en la capital y de la competencia que supondrá la apertura del Gran Hotel Miramar, es el mejor acicate para que el presidente de AC by Marriott, Antonio Catalán, mantenga planes de emprender un nuevo proyecto en la capital de la Costa del Sol. Sin querer desvelar detalles, Catalán avanzó a este periódico que se trata de un cuatro estrellas, ubicado en el centro de la ciudad. «Puede ser una operación rápida si no hay contra tiempos», declaró. Aunque consideró posible que su grupo pudiera promover también ese gran hotel de 400 habitaciones, precisó que no cree que sea una prioridad en estos momentos y para este destino.
Catalán valoró el potencial turístico de Málaga y el crecimiento que ha registrado en cuestión de una década, señalando que junto a Barcelona, «está muy por delante del resto y con gran diferencia en la comercialización». Este empresario destacó la capacidad para haber creado una ciudad de las artes y la cultura, con 37 museos, y haberla colocado en el mapa, para lo que apuntó como clave el hecho de contar con unas infraestructuras envidiables tanto aeroportuarias como ferroviarias. «Lo que tiene Málaga no lo tiene nadie, es una ciudad de las artes y la cultural, y eso hace un perfil de cliente diferente». Sin embargo, explicó que a nivel hotelero no hay una sobreoferta. «No ha crecido en exceso la planta, con un producto en el que se mezclan los hoteles y los apartamentos turísticos», detalló. De hecho, dijo que la empresa de su hijo cuenta con un hostel de 65 habitaciones en Málaga.
Antonio Catalán también hizo referencia al proyecto hotelero que lleva a cabo The Ritz Carlton en la Costa del Sol, en el antiguo hotel Santa Mónica, en el que construyen un cinco estrellas de gran lujo en el que invertirán 140 millones de euros y que estará operativo en el plazo de algo más de un año.
Este empresario navarro, que abrió su primer hotel con 29 años y ahora inaugura uno cada semana en cualquier rincón del mundo, señaló los tres aspectos que más valora en un empleado: la actitud, las ganas de hacer las cosas bien y la capacidad de aprender. Y es que la cultura del esfuerzo es otro de los grandes activos que le han llevado al éxito.
Catalán, con 3.500 empleados a su cargo en España, fue más allá y dijo que los trabajadores tienen que estar bien pagados, sin ocultar que aunque ahora hay más empleo que en 2011, la partida de salarios es menor. «Si este país no va es porque los empresarios no generan puestos de trabajo. Tienen que ser más responsables con el empleo. Si yo formara parte de la administración sería mucho más exigente con los hoteles para que mejoren su nivel. Tenemos que hacer un país posible, en el que los jóvenes estudien en la universidad y luego no se vean frustrados. Los políticos tienen que afinar la tecla para hacer cambiar esto», apuntó para dar un nuevo tirón de las orejas en cuanto a que el sector hotelero siga estando regulado con normativas de la época de Fraga que basan la categoría o la calidad de los establecimientos en los metros cuadrados del hall o en las características de las escaleras.
En el reparto de mensajes y tareas a la administraciones y a los hoteleros también incluyó a los sindicatos, dirigiéndose concretamente al responsable de Turismo de CC. OO. en Andalucía, Gonzalo Fuentes, que estaba en el acto, al que pidió que deben ejercer más presión sobre las empresas que externalicen servicios y que no velen por la calidad de los empleos.
El cliente es el jefe
El presidente de AC Hoteles by Marriott se refirió, durante una intervención que cautivó a los asistentes por su forma de abordar los asuntos sin tapujos ni consideraciones políticamente más o menos correctas, al gran salto que supuso para la compañía la alianza alcanzada en 2011 con esta cadena americana, que se fraguó en una ruta Xacobea en bici y que describió como «fruto de un golpe de suerte». Y es que si el empleado es el alma del negocio, en estos tiempos el viajero es «el jefe», detalló. Por eso puso en valor la fortaleza que supone pertenecer a Marriott, que cuenta con 110 millones de tarjetas de fidelización en todo el mundo, 1,2 millones de empleados y es la quinta compañía del mundo en ventas por Internet, siendo AC Hoteles el único socio. Catalán, en el relato de su trayectoria empresarial, no pudo dejar de rememorar la emoción que le produce cuando ve su marca en Nueva York o Washington en la fachada de edificios espectaculares.
A preguntas de los asistentes, que le formuló el director de SUR, Manuel Castillo, creando un interesante debate sobre temas candentes del sector, este hotelero con gran ambición empresarial apuntó, sin ningún género de dudas, que el futuro hotelero pasa por la internacionalización. «España es un país pequeño y el mundo es un país muy grande. Cuando sales te das cuenta que no es tan complicado. El futuro pasa por ahí».
Este empresario vaticinó que en estos tiempos venideros sólo habrá cuatro grandes cadenas hoteleras que tendrán un dominio total del mercado. En su afán de estar en continuo avance, animó a ponerse miras más ambiciosas «para evitar como comenta un consejero de Marriott que o Europa cambia o será el museo del mundo». Eso sí, reconoció que el empresario individual «a no ser que ofrezca algo muy concreto, lo tiene muy complicado».
Cuestionándose si él cuando se jubile tiene derecho a una pensión, a lo que respondió, que lo razonable sería que no se la pagaran nunca, insistió en el mensaje de que la industria turística tiene que evolucionar e implantar estrategias que dinamicen el consumo y el empleo «o las jubilaciones no se pueden pagar. Hay que hacer más cosas entre todos. Hay que internacionalizarse porque el mundo es mucho más grande y eso te abre nuevas oportunidades», matizó.
Catalán dijo que hay que perder los complejos. «He descubierto que la gente de AC es más lista cuando sale fuera porque está acostumbrada a hacer de todo. Es cierto que Marriott es más grande, pero no más listos», comentó.
Con ese carácter que ha marcado su trayectoria, abordó sin miedos los cambios que imponen las nuevas tecnologías y las nuevas formas de viajar: «hay que pensar permanentemente en el cliente. Ha cambiado hasta la forma de comer, ahora los turistas comen menos, aunque nosotros vendemos sueño y desayuno. La tecnología instala hoy en día la gran pelea de quién es el cliente, es el jefe que impone nuevos hábitos y a los que hay que adaptarse». Pero además, frente a los temores que muestran el conjunto de hoteleros a la irrupción de las viviendas turísticas, este empresario que hasta ayer cuenta con 240 hoteles, afirmó sin pestañear que no le preocupa esta nueva forma de alojarse, que reconoció que está en auge. «Hay clientes para todos los negocios. Mi hija me comentó el otro día que se iba a Lisboa con una amigas y le dije que si había reservado en el hotel a lo que me respondió que se habían alquilado un apartamento, pese a que el hotel lo tiene gratis», dijo mostrando comprensión a las necesidades de cada momento.
Tampoco mostró miedo alguno al impacto del Brexit y es que consideró que no va a tener ninguno. «El turismo es un commodity absolutamente claro, no tenemos una competencia directa en el Reino Unido. ¿Cree que dejarán de viajar los británicos porque las vacaciones les cuesten un 20% más? Seguro que no». Incluso, apuntó que la salida de la UE traerá oportunidades para el empresario: «Ahora es más fácil comprar hoteles en Londres».
Sobre el momento inmejorable que vive el turismo español, que definió como «fantástico, con unos competidores directos en guerra total y absoluta, en referencia a países como Turquía o Egipto», consideró que hay que aprovecharlo para mejorar e invertir en los establecimientos. A tenor de sus predicciones, el sector cuenta con tiempo para ello. «A estos mercados competidores les queda un rato largo para recomponerse. Nosotros tenemos seguridad jurídica, sanitaria, y unas grandes infraestructuras. Esto no se inventa en dos días», matizó.
Con un repaso del sector turístico tan exhaustivo como el que ofreció Catalán, no podía faltar el polémico asunto de cierre de hoteles en la temporada baja. «La estacionalidad es una guerra permanente», declaró, considerando que la Costa del Sol debía llevar a cabo una mejor gestión de la misma al contar con un clima que no tiene nadie, por el que propuso con sorna «habría que pagar un canon», y una oferta tan diversa con campos de golf o un potencial de turismo de reuniones. «Hay que seguir trabajando en nuevos mercados para mantener la actividad», aconsejó.
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