Pilar R. Quirós
Lunes, 14 de noviembre 2016, 00:12
Todas las infraestructuras o zonas de esparcimiento colectivo tienen una larga historia detrás. Es el sino de esta ciudad, que tarda en mascullar los proyectos décadas. Tanto es el tiempo en pergeñarlos que cuando los vemos felizmente hechos, frotarse los ojos para asumir que es real sigue siendo una costumbre, como todavía les pasa a algunos cuando pasean por el moderno Muelle Uno y recuerdan el puerto desnudo.
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Corría el año 2005 y la por entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, anunciaba que en el campamento Benítez, con 280.000 metros cuadrados de superficie, habría un museo del Transporte. Transfirió este suelo a su cartera, pero finalmente no lo acometió, lo que provocó que la ciudad se enzarzara en un inmenso y largo papeleo entre administraciones, que acabó cuando en septiembre de 2013 la ministra de Fomento, Ana Pastor, realizó la cesión de uso del espacio a la ciudad, que no la propiedad, a cambio del mantenimiento de 35 kilómetros de carreteras del Estado. El equipo de gobierno del PP proyectó el parque y empezó a construirlo con miras a presentarlo para las pasadas elecciones de 2015, pero con un detalle básico sin realizar, como era preceptivo: el plan especial del espacio.
La portavoz socialista, Mari Carmen Moreno, y los ediles Daniel Pérez y el edil Sergio Brenes prosiguen con el enfado de que la comisión de Transparencia no les dejara llevar el asunto del campamento Benítez para tratarlo cuando hay un documento esencial, que es de nuevo cuño: la Junta ya ha aprobado el plan especial condicionado a ciertos modificados como regarlo con agua depurada así como abordar el asunto de la inundabilidad, como subraya Brenes. «Y esto, todo esto es lo que queríamos hablar en la comisión de Transparencia», afirma Moreno mientras todos se apostan en la puerta del antiguo acuartelamiento y supervisan si se puede entrar por alguna rendija. Misión fallida, hay cuatro perros gigantescos sueltos que no animan al visitante a la pequeña incursión. «Sería interesante ver cómo está la balsa, que no se iba a usar porque no puede haber lago por orden de Aviación Civil, más de 200.000 euros tirados», indica Pérez. «A los que hay que sumar que han robado buena parte del material de la red de saneamiento y abastecimiento de agua (238.000 euros), el alumbrado (240.831 euros); y el riego, bombeo y filtración de la reserva (240.000 euros)», como añade. Brenes puntualiza: «Como diría Jorge Manrique, un millón de euros van camino del mar». Carcajadas. «Nos reímos por no llorar», subraya Moreno, haciendo suyo ese sobrevolar andaluz por encima de las adversidades a través de la guasa.
«Es que todo ha sido un despropósito, empezar sin plan especial, paralizar las obras y que lo roben todo, hacer un lago cuando no había permiso de Aviación Civil, el fraccionamiento de las adjudicaciones para no sacar un concurso, y el abandono del mismo cuando el alcalde se da cuenta de que no le da tiempo de terminarlo para las elecciones municipales de 2015», explica Pérez. «Por todos estos motivos, y como miembros de la corporación, tenemos derecho a saber qué va a pasar con este parque que necesita la ciudad. Pero no sabemos qué rumbo va a tomar porque al parecer empezarán con la fase de aparcamientos sin haber realizado el parque», añade Moreno.
«Ah y que conste en acta que mientras tanto la ciudad gasta cada año, desde el 2013, medio millón de euros en el mantenimiento de los 35 kilómetros de carreteras que nos quedamos a cambio; hemos hecho un negocio fantástico», puntualiza con sorna Brenes.
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Desisten de entrar en el recinto, los canes, que nadie sabe de quiénes son y si es un síntoma de que pudiera haber okupas dentro, les miran desafiantes. «El Benítez es ya un parque, sólo hace falta una serie de mejoras y abrirlo al público», añade Pérez.
IU-Málaga para la Gente. Una mejor sala en Parcemasa
Cuentan a modo de leyenda que algunos ateos ilustrados en el lecho de su muerte pedían reconciliarse con la madre iglesia. Pero esta curiosa visualización de la religión a última hora, con el canguelo metido en el cuerpo, no es mayoritaria. Por estos motivos, la concejal de IU-Málaga para la Gente, Remedios Ramos, reclama en la comisión de Medio Ambiente que la sala ecuménica para las ceremonias civiles u otras confesiones religiosas se mejore y sea similar a la de la religión católica. Como explica en su iniciativa, «la muerte iguala, pero en cuanto a la preparación de la sala, unos entierros tienen más pompa que otros» y asevera que la sala ecuménica de Parcemasa está descuidada. Así mismo este grupo municipal demanda que se le dé más publicidad a la opción que tienen los residentes en Málaga de celebrar funerales laicos o de otras confesiones religiosas.
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