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Antonio Javier López
Martes, 25 de octubre 2016, 00:19
Poco antes del mediodía, a las 11.51 horas para ser exactos, en la Sala Infantil suena la flauta del afilador. El tono agudo, identificable, llega desde la calle. Dentro del edificio se celebra el Día de las Bibliotecas y el anuncio sonoro parece casi una metáfora del destino de la institución donde susurra la llamada para repasar cuchillos y tijeras. Porque la flauta del afilador suena en el edificio en alquiler situado en la avenida de Europa que sirve de sede a la Biblioteca Pública del Estado desde hace 22 años. La institución lleva más de dos décadas a la espera de un emplazamiento estable. Y como el asunto no parece que vaya a resolverse en el horizonte cercano, los planes iniciales de no renovar el contrato de arrendamiento han tenido que revisarse.
Lo admitía ayer el director general de Innovación Cultural y del Libro, Antonio José Lucas, en declaraciones a este periódico: «Evidentemente, hasta que tengamos un nuevo emplazamiento está claro que tenemos que mantener estos servicios, que son indispensables para la ciudadanía, y por tanto debemos mantener el contrato y el alquiler hasta que llegue el momento en que podamos hacer el traslado a la sede nueva».
La decisión anunciada ayer por el alto cargo de la Consejería de Cultura marca un nuevo rumbo respecto a los planes del anterior equipo que estuvo al frente del departamento, con el consejero Luciano Alonso a la cabeza. Entonces, desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte la cartera reunía en ese tiempo las tres áreas desestimaban la ampliación del contrato de arrendamiento que expira el 31 de enero de 2018 y en el que la Junta de Andalucía ha invertido ya siete millones de euros, tal y como adelantó este periódico (SUR, 12-10-2016).
En este punto, conviene recordar que la biblioteca es de titularidad estatal, pero su gestión está transferida a la Junta de Andalucía. «Conocemos los planes del Gobierno y falta que la consejería tome la decisión, que será anunciada convenientemente por la parte de la consejera cuando llegue el momento», sostuvo ayer Lucas en alusión al incierto futuro que vuelve a cernirse sobre la Biblioteca Pública del Estado. Porque, tal y como avanzó este periódico (SUR, 15-10-2016) el Gobierno central vuelve a poner sobre la mesa el antiguo Colegio de San Agustín como destino de la biblioteca. Era la ubicación pactada por ambas administraciones, hasta que hace dos años tanto el Gobierno como la Junta anunciaron un acuerdo para llevar la biblioteca al Convento de la Trinidad.
Dos años sin avances
Aquella iniciativa no pasó de las buenas palabras ofrecidas en el verano de 2014 y, ante la decisión del Gobierno de volver al plan de San Agustín, queda por saber el planteamiento de la Junta para una institución que atesora unos fondos con casi 170.000 libros y 14.000 volúmenes de publicaciones periódicas reunidas en su amplia hemeroteca.
Preguntado por la agenda prevista por la Consejería de Cultura para tratar el futuro de la biblioteca con el Gobierno, el director general de Innovación Cultural y del Libro sólo ofreció: «Se están valorando varias opciones, pero me remito a lo que anuncie la consejera».
Anuncios en el Gobierno y en la Junta que, 22 años después, siguen sin concretarse en una solución definitiva para la primera biblioteca pública de la provincia.
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