Francisco Jiménez
Jueves, 13 de octubre 2016, 00:15
Por mucho que la gestión en el día a día sea municipal, que el Ayuntamiento de Málaga ostente el 49% de las acciones y que además sea su único cliente con una factura anual de 89 millones de euros, la realidad es que desde el punto de vista jurídico, Limasa funciona como una sociedad anónima a todos los efectos. Por eso, y por mucho también que guste más o menos la existencia de los polémicos puestos hereditarios, la empresa mixta de limpieza no está obligada a cumplir las normas de la administración pública a la hora de contratar personal, que se rigen por los principios de igualdad, mérito y capacidad. «La empresa emplea los sistemas de contratación que en cada momento considera oportunos y no leyes administrativas», afirman desde la entidad de forma reiterada.
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La comisión municipal que investiga la gestión de Limasa se reanuda mañana tras el parón veraniego con la única comparecencia del gerente de la entidad, Rafael Arjona. También estaba prevista la del exconcejal de Medio Ambiente, Bernardo Pinazo, aunque finalmente contestará a las preguntas de los grupos políticos por escrito alegando problemas de agenda. Arjona ya compareció en la primera sesión de la comisión, el pasado febrero, que se centró fundamentalmente en el servicio de limpieza y el papel que juegan los socios privados. Pero ahora lo hará para abordar la política de contratación del personal y de los supuestos casos de enchufismo que investiga la Fiscalía a raíz de las acusaciones del comité de empresa.
Su presencia no estaba prevista, pero finalmente acudirá ya que el responsable de Recursos Humanos en la empresa alegó motivos personales. En la línea de que en las próximas sesiones acudan todos los concejales que han sido responsables de Limasa, se esperaba para mañana la presencia de Bernardo Pinazo, el juez se convirtió en uno de los fichajes estrella del alcalde en las elecciones de 2003 pero que abandonó cuatro meses después asegurando que no le dejaban desempeñar su trabajo a raíz de sus discrepancias con Francisco de la Torre sobre la rescisión del contrato de Limasa. Finalmente, contestará por escrito
Teniendo clara esta premisa, lo cierto es que quienes consideran a Limasa como una gran familia no van nada descaminados, puesto que un tercio de los trabajadores tienen al menos a un compañero con sus dos mismos apellidos y en el mismo orden. Según el censo de personal de la empresa, al que ha tenido acceso este periódico, de los 1.794 empleados que estaban en nómina el pasado abril (1.354 fijos y el resto, eventuales), hay 650 cuyos dos apellidos coinciden con los de alguien de la empresa (un 36%).
Excluidos los más frecuentes
A partir de esos datos, se podría hacer una criba excluyendo a quienes comparten dos de los diez apellidos más frecuentes en la provincia de Málaga que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) son, por este orden: García, González, Sánchez, Fernández, López, Martín, Ruiz, Rodríguez, Jiménez y Pérez. Pues bien, aplicando este filtro, quedan 552 (30,8%), registrándose casos en todas las categorías (desde jefes de departamento hasta operarios) y en los distintos centros de trabajo (oficinas, vertedero, planta de tratamiento, limpieza viaria y recogida de residuos).
¿Les unen a todos algún lazo de sangre con alguien de la plantilla? Difícil demostrarlo, pero del análisis realizado por este periódico con los datos aportados por la propia empresa en la comisión municipal de investigación se evidencia que en Limasa hay trabajando padres, hijos, hermanos y primos. Aunque para salvaguardar la Ley de Protección de Datos en este artículo no se cita ninguna identidad, la estadística constata que hay una docena de combinaciones de apellidos que se repiten hasta en cuatro ocasiones, algunos de ellos tratándose de apellidos compuestos que según el INE, sólo tienen 12 personas que residen en la provincia.
El récord de empleados con idénticos apellidos está en cinco, que se da en dos combinaciones. Una de ellas está entre los descartables por figurar entre los diez más frecuentes, pero la otra no ya que el primer apellido ni siquiera está entre los 50 más habituales. A estas coincidencias se une también la presencia de apellidos poco corrientes en Málaga que aparecen salpicados en el censo, como otro compuesto que además de agrupar a cuatro trabajadores con idénticos datos también se repite en otras dos personas. E incluso el de dos hermanos con apellido de origen extranjero.
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Del mismo modo, el listado de la plantilla también está repleto de casos de empleados con la misma identidad cuya incorporación a la plantilla es relativamente reciente y que su primer apellido (poco habitual en Málaga) coincide con el de algún trabajador ya veterano.
Puestos hereditarios
Todo ello sin tener en cuenta el matiz de los puestos hereditarios, ya que en estos casos se trata de contratos de relevo, de forma que el familiar que entra lo hace en sustitución de un trabajador que deja su plaza por jubilación, invalidez o fallecimiento.
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En este sentido, cabe reseñar que la documentación facilitada por la empresa a la comisión de investigación también arrojó luz sobre este asunto, cifrando en 196 los trabajadores que durante la última década han pasado a fijos en la plantilla amparándose en las cláusulas de los sucesivos convenios colectivos de Limasa que desde su privatización en 1989 permiten que el puesto de trabajo pueda ser heredado por las circunstancias antes mencionadas. En los últimos años, esta posibilidad se ha acotado a cónyuges e hijos.
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