Ana Pérez-Bryan
Jueves, 9 de junio 2016, 00:38
El esfuerzo colectivo fue tal, y los retos que se planteaban tan enormes, que las instituciones locales llegaron a acuñar el término El espíritu del Caminito del Rey para referirse a la necesidad de trabajar codo con codo cuando se trata de sacar adelante proyectos clave de la provincia. Sucedió hace poco más de un año con el fabuloso enclave natural entre Ardales y Álora, y ahora dos de esas administraciones invocan esa «obligación» de entenderse para desbloquear otras iniciativas trascendentales. Por ejemplo el metro. Así lo destacaron ayer, poniendo el acento en ese término imperativo, tanto el presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, como el delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, José Luis Ruiz Espejo.
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Comparecían ambos en la sede del gobierno regional para poner el ejemplo de esa «colaboración máxima», y común, en los trabajos de la Senda Litoral, que justo ayer recibía el visto bueno de la delegación de Medio Ambiente para acometer uno de los tramos de Estepona. «Los políticos estamos para hacer lo que quiere la gente: que nos pongamos de acuerdo y no que nos tiremos los trastos a la cabeza», recordó Bendodo al referirse en concreto a este gran proyecto de 181 kilómetros a lo largo de todo el litoral malagueño pero que luego aplicó al trazado del suburbano en la capital y a los problemas que en este sentido mantienen el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía. «Por eso nuestra colaboración no es un ejemplo, sino una obligación», volvía a recordar el presidente de la Diputación en una alusión directa al alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, cuya propuesta de trazado del metro al Hospital Civil ha generado un fuerte enfrentamiento con los responsables de la Junta de Andalucía, que incluso en alguna ocasión han llegado a poner en duda la viabilidad del suburbano en caso de que no se llegue a un acuerdo.
Al otro lado, el máximo representante del gobierno regional en Málaga recordaba que desde su departamento se ha estado «invocando al espíritu del Caminito del Rey durante los últimos cuatro años, insistiendo en la necesidad de llegar a un consenso y a un acuerdo, y sobre todo de cumplir con los compromisos firmados». En esa negociación a dos bandas entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga, Bendodo se mostró tajante sobre la posibilidad de intervenir, ya sea como presidente de la Diputación o como máximo responsable del PP local: «En absoluto. Ésa no es nuestra competencia; yo me limito a opinar como concejal del Ayuntamiento y como ciudadano, y en ese sentido pienso que había otras obras más prioritarias que el metro, por ejemplo el Guadalmedina». En cualquier caso, el presidente del ente supramunicipal quiso rebajar la crítica considerando que tampoco está mal que este tipo de proyectos se tomen «su tiempo» para ser repensados: «Hay que tener en cuenta que estas planificaciones en la ciudad se traducen en obras que serán para siempre, por eso no nos podemos permitir que esto (el metro) se convierta en el Guadalmedina ni en los Baños del Carmen», zanjó.
No parece ése el caso de la Senda Litoral; de hecho Ruiz Espejo y Bendodo comparecieron ante los medios para celebrar que el proyecto de la Senda Litoral avanza a «buen ritmo». El «sueño» tal y como lo consideró el presidente de la Diputación de que los 181 kilómetros de litoral malagueño puedan ser cubiertos en bicicleta o a pie en un solo trazado será una realidad «en el entorno del año 2020».
Por delante, lo más complejo
Con casi un centenar de kilómetros ya resueltos, por delante queda sin embargo la parte «más compleja», admitió el delegado de la Junta en Málaga. El reto se centra, en concreto, en las zonas que recorren entornos de arroyos y zonas fluviales, caso de la desembocadura del Guadalhorce. A pesar de que aún no hay fecha para el inicio de las obras en este tramo por su complejidad y alto coste, el delegado de Medio Ambiente sí avanzó que los técnicos de ambas administraciones ya se han puesto de acuerdo en el «punto exacto» por donde debe discurrir el trazado, y que en este caso es «en la zona alta».
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A este tipo de acuerdos, primero entre políticos y luego entre técnicos, quiso poner cifras Ruiz Espejo, que recordó que de los 71 expedientes tramitados desde la Diputación hasta la Delegación de Medio Ambiente «ya hay 30 resueltos y el resto está en tramitación». Una situación muy parecida a la del Caminito del Rey, pero ahora por la costa. El reto: que ese mismo espíritu cale en el metro y bajo la tierra. O en superficie, que es donde está el problema.
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