El Corpus no termina de calar en Málaga

El Corpus de Málaga lleva varios años buscando su sitio y no termina de encontrarlo ni de calar en la ciudad como uno de los actos religiosos referentes del año. Esta realidad volvió a ser palpable en la tarde de ayer domingo en la procesión del Santísimo por las calles del Centro Histórico de la capital, donde se volvió a evidenciar el escaso público que la procesión concitó a su alrededor, sobre todo, si se compara con otros desfiles cofrades. Precisamente las hermandades son el sustento de esta celebración gracias a la amplia representación de las corporaciones de Gloria, Pasión y de los grupos parroquiales en el cortejo.

¿Las razones de esta falta de tirón? Las interpretaciones son variadas y van desde aquellos que añoran la celebración en un Jueves festivos hasta las que inciden en la secularización de la sociedad, pasando por otras como la escasa implicación de las parroquias, la falta de atractivos en la procesión o el inmovilismo de la autoridad eclesiástica, según fuentes consultadas.

Mientras aún se celebraba la eucaristía en el interior de la Catedral, la puerta principal del templo se abrió para comenzar el desfile. El cortejo se puso marcha cuando el reloj marcaba las 18.30 horas y estuvo abierto por cinco policías locales a caballo, la banda de cornetas y tambores del Real Cuerpo de Bomberos y un centenar de niños que han recibido este año la primera comunión. Tras ellos fue la representación de las hermandades (con guiones o banderas) de Gloria, grupos parroquiales y de Pasión, por orden de salida procesional. Algunas cofradías, como Penas, Nueva Esperanza, Dolores de San Juan y Monte Calvario llevaron el guión al hombro y no presentado como es tradicional en Málaga.

Tras ellos se situó la banda municipal de música, que interpretó piezas de corte eucarístico, y después las hermandades sacramentales, seguidas de los grupos de Adoración al Santísimo, así como de una representación de la Hermandad del Mutilado.

Los seminaristas y los sacerdotes de las distintas parroquias de la ciudad precedieron al pabellón basilical y al cardenal Fernando Sebastián y tras ellos la carroza, adornada con rosas blancas, racimos de uvas y espigas, así como cuatro amapolas. El obispo de la diócesis, Jesús Catalá, entronizó al Santísimo en la Custodia de la carroza a las 19.05 horas bajo el repique de campanas de la Catedral; el prelado se situó tras la carroza acompañado del palio de respeto y de un buen número de fieles.

El cortejo, que acortó el camino respecto a años anteriores, fue a un ritmo ágil que hizo que apenas hora después de ponerse en marcha la carroza con el Santísimo, a las 20.05 horas, regresó a la Catedral. Previamente, pasó por los ocho altares, más que en años anteriores, situados a lo largo del recorrido fueron montados por la Agrupación de Congregaciones, Cofradías y Hermandades de Gloria, la Agrupación de Cofradías de Semana Santa (presidido por la imagen del Señor de la Cena), las hermandades de Descendimiento, Humildad y Paciencia y Sentencia y los grupos parroquiales Santa Ana y San Joaquín, Carmen Doloroso y Patronato Nuestra Señora de los Ángeles. Los sones del Himno Nacional saludaron la entrada del Santísimo en el primer templo de la diócesis, donde el obispo impartió la bendición a los fieles presentes.

Previamente, por la mañana, Jesús Catalá ofició la misa estacional del Corpus Christi, y durante la homilía destacó la relevancia de la eucaristía en la vida del cristiano y subrayó la gran labor de Cáritas, precisamente en la semana en la que se han conocido los datos de la memoria anual de esta organización de la Iglesia Católica y que evidencian que la pobreza se hace crónica en Málaga.