Ángel Escalera
Sábado, 14 de mayo 2016, 00:36
Una vez que se supera un cáncer quedan una serie de secuelas. Un modo eficaz de combatirlas es que esos pacientes reciban rehabilitación. Así quedó dicho en el seno de la 54.º edición del congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF). Está constatado que un tercio de los enfermos que se recuperan de un cáncer tienen que someterse a tratamientos rehabilitadores.
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«Las secuelas que ha dejado tanto el cáncer como el tratamiento en algunas personas hace que les reste calidad de vida y funcionalidad», explicó el director de unidad de oncología integral de los hospitales públicos de Málaga y catedrático, Emilio Alba. «La alta supervivencia lograda en el cáncer ha hecho que se pongan en marcha tratamientos desde el punto de vista de la rehabilitación, algo que exige un abordaje multidisciplinar del problema, lo que requiere de la asistencia primaria de forma inexcusable», puntualizó el doctor Alba.
En términos parecidos se expresó la jefa del servicio de rehabilitación y medicina física del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, María José Durá, que significó que en los años 60 se inició el abordaje de estas personas en grandes unidades generales para pacientes con cáncer. Dependiendo del tipo de cáncer y de su localización, los tumores ofrecen problemas y síntomas muy diferentes.
Entre los síntomas más comunes en la mayoría de los pacientes se encuentran la fatiga, el dolor, la ansiedad y la depresión, aunque el resto varían según el tipo de cáncer que haya padecido el enfermo. Por ejemplo, en el caso de las mujeres con un tumor de mama son muy frecuentes los problemas de linfedema del brazo, mientras que en los varones con neoplasias de próstata la incontinencia urinaria es el síntoma más relevante.
«Es importante llevar a cabo actuaciones terapéuticas con un objetivo bien definido, saber dónde tenemos que actuar y donde en lugar de dar confort estamos creando ansiedad y angustia», puso de manifiesto la doctora Durá. A veces, «es tan importante saber actuar a tiempo como saber no actuar donde no debes», añadió esta especialista. Al hilo de esta última cuestión, la frustración es uno de los factores psicológicos a tener en cuenta durante el proceso de rehabilitación de una persona, aunque este es un efecto que se considera muy poco desde fuera de la especialidad.
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Tanto el doctor Alba como la doctora Durá participaron en el 54.º Congreso de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF,) que hoy será clausurado en Málaga y en el que ofrecieron una ponencia sobre oncología y rehabilitación.
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