La moción de Repsol que no lo fue y la «insoportable gresca institucional»

La segunda sesión del pleno municipal de abril dio para mucho más que el debate sobre Borja Thyssen y volvió a poner en evidencia que el hecho de que el pleno se celebre en jornadas días no aligera el orden del día; al contrario: lo multiplica por dos. La intensidad del debate a cinco y la confusión en torno a algunas discusiones comienzan a pesar como una losa en la sala de plenos, y así volvió a ocurrir ayer con motivo de una moción que presentaba el grupo municipal socialista sobre la consulta ciudadana de Repsol. Defendía la edil Estefanía Martín Palop la necesidad de que el ciudadano vote «libremente» sobre las opciones presentadas «y estableciendo criterios objetivos que no impliquen la eliminación de ningún proyecto previamente», aunque un informe de la Secretaría General insiste en que no puede haber consulta ciudadana «sobre un tema que afecte a la Hacienda Pública». La maraña administrativa no hizo sino liar el debate hasta el punto de que la concejala tuvo que retirar su moción, que finalmente no se votó a la espera de aclarar cómo se gestionan los efectos del informe.

El otro punto caliente de la sesión estuvo en la discusión (una más) sobre el enfrentamiento que mantienen Ayuntamiento y Junta, un asunto de actualidad máxima por el conflicto del metro y que los grupos de la oposición aprovecharon para cargar contra el alcalde y su equipo de gobierno. Abrió fuego el portavoz de Cs y ponente de la moción, Juan Cassá, quien acusó a De la Torre de haber llegado «a un grado insoportable de gresca institucional», mientras que el representante de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla, se refería al «hartazgo ciudadano» y la de Málaga Ahora, Ysabel Torralbo, a un «nivel de náusea». Igual de duro se mostró el socialista Daniel Pérez, quien llegó a tachar al alcalde de «irresponsable», mientras éste se defendía recordándole a los concejales que «han comprado el producto que algunos se empeñan en vender, y eso no es cierto».