La Junta deniega que se habilite una playa para perros junto a la desembocadura del Guadalhorce

El entorno de la desembocadura del río Guadalhorce no podrá ser utilizado como playa canina, aunque de forma oficiosa lleve tiempo funcionando como tal. La Junta de Andalucía ha denegado la autorización solicitada por el Ayuntamiento de Málaga para habilitar a ambas márgenes del cauce un espacio apto para el baño y esparcimiento de perros por considerarlo «incompatible con la conservación del paraje natural afectado». Según la resolución, notificada la semana pasada, la incorporación del nuevo uso supone «en esencia, una fuente de afección directo a los recursos presentes en la zona». A la hora de argumentar su negativa, la Delegación Territorial de la Consejería de Medio Ambiente pone el acento en los daños en la flora que se propiciaría «al aumentar el pisoteo y el aporte de materia orgánica», además de advertir de que la zona aparece como área de nidificación del chorlitejo patinegro, un pájaro que tiene en el tramo final del Guadalhorce el mayor núcleo reproductor de la provincia.

Asimismo, el escrito, al que ha tenido acceso SUR, también abunda en que la ausencia de cerramientos de control en la zona propuesta «supone un riesgo evidente de afecciones de los perros» sobre el interior del paraje natural y las poblaciones de aves y reptiles que habitan en el entorno.

La petición de habilitar este espacio como playa canina fue formulada por el Consistorio el pasado mes de julio amparándose en que no está catalogado como zona de baño. Una característica que también se da en la playa para perros que Málaga y Rincón de la Victoria comparten en la desembocadura del arroyo de Totalán y que puede seguir funcionando al no estar protegida pese a la circular que la Junta envió a los 14 municipios costeros de la provincia en la que les advertía de que no podrían contar con espacios destinados para mascotas en sus playas.