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Imagen del palacio de la Aduana, sede del Museo de Málaga.
La Junta da un nuevo portazo a las aspiraciones del alcalde sobre la Aduana

La Junta da un nuevo portazo a las aspiraciones del alcalde sobre la Aduana

Cultura no compartirá la gestión del Museo de Málaga, «que está determinada por la ley»

María Eugenia Merelo

Domingo, 1 de noviembre 2015, 01:37

Las puertas se abren. Pero también se cierran. Y portazo contundente, el segundo, es el que ha dado la Junta de Andalucía a las aspiraciones del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, a participar en la gestión y sostenimiento del Museo de Málaga que se abrirá en el palacio de la Aduana. Fuentes de la Consejería de Cultura consultadas por este periódico fueron ayer rotundas a la hora de afirmar que la participación municipal en la gestión de la Aduana no es negociable «porque está determinada por la ley». En este sentido, las mismas fuentes se refirieron al real decreto de transferencias (Real Decreto 864/1984 de 29 de febrero) sobre traspaso de funciones y servicios del Estado a la Comunidad Autónoma de Andalucía en materia de Cultura y al posterior convenio entre el ministerio y la Junta sobre gestión de los archivos y museos de titularidad estatal. «La legislación -apuntan desde la consejería- es clara y establece que el Estado es el titular y la Administración andaluza la responsable de la gestión . Y cualquier cambio de modelo está en manos de las administraciones central y autonómica».

De esta manera, el departamento que dirige Rosa Aguilar, desinflaba de nuevo las aspiraciones del alcalde, que el miércoles reiteraba al Gobierno que preside Susana Díaz su ofrecimiento a participar en la gestión de la pinacoteca, una oferta que, aseguró, le hizo llegar hace unas semanas por escrito a la propia presidenta, «si bien hasta la fecha no he recibido ningún tipo de respuesta», aclaró. Esa oferta municipal quedó recogida en una moción urgente de su equipo de gobierno aprobada el jueves y en la que también se instaba a la Junta a cumplir su compromiso de abrir el Museo de Málaga en diciembre de este año. En caso de que no sea así, se le exige la puesta en marcha de este equipamiento en el menor plazo de tiempo posible dentro de 2016.

Las fuentes de Cultura consideran que la actitud de «mano tendida» del alcalde de Málaga es oportunista, porque «siempre es periodo electoral cuando hace estas ofertas y declaraciones» sobre una infraestructura cultural, el antiguo Museo de Bellas Artes, que defendieron en la calle los malagueños, que lleva cerrada 18 años y que tiene, por ahora, un calendario previsto de apertura para 2016.

Objeciones

Las mismas fuentes instaron al regidor malagueño a demostrar que las obras en el Palacio de la Aduana están totalmente terminadas. En este sentido, recodaron que aún están pendientes la tramitación de la licencia de ocupación del edificio, la entrega de la documentación y otros flecos administrativos que condicionan el acuerdo de recepción de la infraestructura que tienen pendiente firmar el Gobierno Central y la Junta de Andalucía. El pasado 14 de octubre, la Consejería de Cultura planteaba por escrito estas objeciones a la Secretaría de Estado de Cultura y exigía que se solucionasen antes de recepcionar un inmueble que ha estado seis años en obras y en el que se han invertido 40 millones de euros.

Desde Cultura también cuestionan las declaraciones del alcalde en el pleno del jueves sobre la conversación telefónica que dijo haber mantenido esta misma semana con el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, en la que éste confirmaba al alcalde que «la obra está terminada». En la consejería no cuadra la conversación con Lassalle «por que el pasado julio, la consejera se reunió con él y coincidieron en la sensibilidad de la sociedad malagueña con este museo». En esa reunión, «Lassalle se comprometió a gestionar la apertura con rigor, formalidad y lealtad institucional».

El cruce político de esta semana entre el Ayuntamiento y Consejería de Cultura se suma a los que ambas administraciones han protagonizado el último año. Justo hace 12 meses, el alcalde solicitaba al Gobierno andaluz la cesión de la gestión de la pinacoteca, alegando que podía poner «más interés, más sensibilidad, más cariño y más recursos» que la Junta para gestionar una institución que mostrará en 18.402 metros cuadrados una amplísima colección de pintura (2.000 cuadros) y fondos arqueológicos (más de 15.000 piezas).

Aunque en un principio Susana Díaz dejaba abierta la puerta al «diálogo» entre ambas instituciones, pocos días después, el entonces consejero de Cultura, Luciano Alonso, advertía a De la Torre de que el Gobierno andaluz «nunca renunciará a la capacidad de gestión» del equipamiento cultural. Pero el consejero dejaba una rendija abierta al revelar que llevaba meses negociando con el Ministerio de Cultura una fórmula jurídica similar a una fundación tanto para la gestión del Museo de Málaga como para el Bellas Artes de Sevilla, de forma que puediesen participar en la misma los ayuntamientos de las capitales, las diputaciones provinciales, el propio Gobierno central y entidades privadas, siempre que aportasen financiación y con la Junta siempre como gestora principal.

Mientras que el Gobierno, el Ayuntamiento y la Junta siguen abriendo y cerrando sus puertas políticas, los ciudadanos esperan que se abran las puertas que de verdad importan: las de la Aduana.

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