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carlos moncada
Domingo, 12 de octubre 2014, 01:14
Esta entrevista se realizó el 10 de enero de 2013 y se publicó posteriormente dentro del libro de Carlos Moncada, 'Malagueños Singulares' de la editorial Tuimagina (www.tuimagina.com). Los audios que acompañan la misma pertenecen a esa entrevista. Fotografías de Juan Campano.
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Nace en Madrid el 4 de octubre de 1942. En abril de 1979 ya es alcalde de Málaga. Y hasta junio de 1995. Cuatro legislaturas. La primera gobernó en minoría. Segunda, tercera y cuarta, con mayoría absoluta. Pedro Aparicio Sánchez, doctor en Medicina y Cirugía, abre las puertas de su corazón "malagueño y singular".
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"Vine de paso a Málaga, con un horizonte de unos cuatro años, para esperar que saliese a oposición una cátedra de Patología Quirúrgica". Ganó por concurso nacional la plaza de jefe de sección en el hospital Carlos Haya, dedicada a cirugía vascular periférica. Conocía Málaga de su infancia, de pasar dos o tres días en Torremolinos, no más. Dejó a su mujer e hijos en Madrid. Hasta el punto que María, su mujer, se fue con los niños un año a vivir a Ciudad Real, su ciudad natal, para estar con su familia. Los niños eran muy chicos. Sus tres hijos nacieron en Madrid -Pedro, Germán y Almudena-, aunque la niña nació apenas tres meses antes de recalar en Málaga.
Alquiló un piso que le buscó un amigo de Málaga, el cardiólogo Antonio Moncada Moneu, y se instaló de alquiler en la urbanización El Candado, en El Palo. Entonces ya se trajo a su familia. A los pocos años era profesor titular en la Facultad de Medicina de la UMA y jefe de la sección de Cirugía Vascular en Carlos Haya.
Pedro Aparicio había ingresado en el PSOE en Madrid seducido por su amigo Gregorio Peces-Barba, con quien mantuvo una estrecha amistad "desde que coincidimos en León en una Semana Santa para dar una conferencia sobre la muerte de Cristo con la visión de un jurista, un médico y un teólogo, detalla. El teólogo era "el inolvidable" malagueño González Ruiz. "Nos prohibieron la conferencia horas antes de la hora anunciada". Los tres decidieron darla en otro edificio, clandestinamente, con el arrebato romántico propio de aquellos momentos. Allí nació "Una estupenda amistad entre Gregorio y yo". En los meses siguientes, Peces-Barba le martilleó: "Tú tienes que venir al PSOE". Le captó en la red socialista con los dos avalistas necesarios, que fueron Francisco Bustelo y él mismo, ilustres firmas de la época.
No pisó la sede del partido en Madrid, pues a los tres meses se vino a Málaga para impartir clases en un invento" llamado Facultad de Medicina, unos barracones de campaña habilitados junto al Hospital Civil. Por las mañanas, en su hospital Carlos Haya; por las tardes, sus clases en los barracones. Un día acabando la clase, entró un tío de mi edad. Al final se fue todo el mundo menos él. Se acercó y me dijo: soy el secretario general del PSOE de Málaga, y me han dicho en Madrid que acabas de ingresar en el partido, ¿no?".
Cuatro años después, "una tarde, preparando la clase del día siguiente, cuatro personas vinieron a mi casa para hablar conmigo". Eran los 'popes' del socialismo malagueño Rafael Ballesteros, Carlos Sanjuán, Hilario López Luna y Enrique Linde. Le visitaban para algo inesperado. "Queremos pedirte que seas el candidato a la alcaldía de Málaga. Y les dijo: ¡Pero si no sé ni dónde está el Ayuntamiento!". Le convencieron a los pocos días, pues estaban cerrando listas. Entonces era alcalde Luis Merino Bayona y había que afrontar un proceso electoral, nada menos que las primeras elecciones municipales democráticas.
"Acepté bajo dos sobreentendidos, que creíamos que ganaría UCD y que sólo estaría cuatro años de concejal para vivir desde dentro la transición política". Dio un disgusto tremendo" a su familia, reconoce. En ese momento "sentí el imperativo que sentía todo el país por intentar dar un salto pacífico hacia la democracia y evitar desmanes postfranquistas". Con orgullo, rememora que fue una sorpresa". Obtuvieron once concejales frente a siete de la UCD. Aparicio era entonces un referente en la Universidad y en el Hospital, pero un desconocido en la sociedad malagueña y, además, ineperto en la gestión pública. Tuve que ponerme a estudiar urbanismo, economía, administración pública, gestión cultural, derecho administrativo.... Durante seis meses dormí cuatro horas al día. Por otra parte, pasé a tener una retribución mensual que era la mitad de lo que ganaba como médico". Su mujer, ATS, se puso a trabajar. El primer sueldo como regidor "fue de sesenta mil pesetas".
Su primer pensamiento: "¿Cómo voy a ser alcalde de Málaga con este espantoso acento madrileño que tengo? Pronto comprobé que aquello era poco importante. Fue un momento irrepetible: el primer Ayuntamiento elegido por los vecinos". Era un mes de abril. Los once concejales electos "fuimos juntos andando desde la Plaza de la Marina hasta la sede del Ayuntamiento rodeados de miles de personas que apenas nos permitían caminar. Nos daban abrazos y besos, veía a gente con mi fotografía, la policía tuvo que rescatarnos para poder proseguir el camino hacia el 'salón de los espejos' del edificio municipal. Fue muy emocionante. Desde el primer momento me sentí muy querido por la ciudad y respetado por la derecha, salvo por esa ultraderecha que hasta se inventó que yo tenía una clínica en Zaragoza o que mi hija estaba embarazada -la niña tenía seis años, fíjate-.
La segregación de Torremolinos "fue mi primera bronca gorda y pública con la Junta de Andalucía y con mi partido". Sentencia enérgicamente que "fue un gran error por falta de solidaridad y con incumplimiento de la Ley". Razona que "no se cumplió una Ley que obligaba, igual que si ahora Cataluña o Euskadi quieren separarse de España, a convocar un referéndum, pero de todos". Vaticina que "en un futuro, sí me imagino una Cataluña independiente. Será una amputación muy dolorosa para ambas partes, aunque ¿sabes lo que te digo?: que me importa un huevo, que no quiero dar una sola opinión, ni en este tema ni en ninguno, que quede para el recuerdo".
Su currículo es denso. Preside el PSOE andaluz desde abril de 1994 hasta diciembre de 2000; la FEMP, del 80 al 83; la FAMP, del 88 al 94. Miembro del Parlamento de Andalucía desde 1982 a 1986 y del Parlamento Europeo durante diez años (1994-2004). También graduado en Periodismo (1972), goza de otras numerosas distinciones y referencias políticas. Deja la política activa en julio de 2004 al concluir mandato europarlamentario, volviendo a su plaza de funcionario (profesor titular) en la Universidad.
"La derecha democrática, que hoy es el 80% pero que entonces rondaba el 40%, desde el primer momento mantuvo conmigo un trato exquisito y cordial. Al principio, en 1979, nos tuvimos que tragar en toda España el llamado 'pacto de izquierda'. Si algo soy, es anticomunista y antifranquista. Mis dos horrores". Admite que hubo que "aceptar ese pacto para que, por ejemplo, Enrique Tierno Galván fuera alcalde en Madrid, Narcís Serra en Barcelona o Julio Anguita en Córdoba. Los socialistas malagueños fuimos los primeros en romper aquel pacto". Era el único ayuntamiento de España gobernado conjuntamente por cuatro partidos: PSOE, UCD, PCA y PA.
"Fue una corporación inolvidable. Nos encontramos una ciudad de bombardeo, devastada, construida sobre el campo, con bloques enormes sin aceras, sin saneamiento, sin luz, sin transportes. Recuerdo que entonces repartíamos el agua a casi 100.000 malagueños con camiones cisterna en zonas como Campanillas, Olías, parte de El Palo, Málaga Oeste.... Con cántaros, haciendo cola, así bebía agua la gente. No había saneamiento, alumbrado o colegio para media población. Ni recogida de basuras o autobuses. No había dinero para hacer todo eso. Tardamos cuatro años en dar agua, pavimento y luz. El segundo cambio de la ciudad vino en los siguientes doce años. Primero rescatamos a la gente de la miseria y luego ya empezó el equipamiento cultural de la ciudad", recuerda.
Lo del Parlamento de Andalucía "fue algo accidental". Se hicieron encuestas para elaborar las listas y "se vio que en Málaga el tío que más funcionaba electoralmente era yo, lo mismo que ocurría en Sevilla, Huelva y Almería con sus respectivos alcaldes. Tuve que aceptar, pero me enfadó que no se valorase que, por entonces, yo presidía la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)", institución de la que fue precursor y primer presidente. "Tuve una estupenda amistad y una inolvidable colaboración con el gran presidente del Gobierno como fue Adolfo Suárez. Siempre me atendía, pese a haber miles de alcaldes en el país".
Muestra nostalgia. Su paso por la FEMP le marcó. No creo en una FEMP dividida, como la de hoy, pero sí en el municipalismo, indica. Aquí ya está todo politizado con PSOE, PP... insultándose mutuamente.... Pero sí creo en un estado municipalista.
Apuesta por una "formación imprescindible" de los políticos. Les exigiría, "de entrada, saber inglés, administración pública, política exterior y cultura general". Es duro y exigente, con él y con la gente. "Me ha decepcionado la evolución política. Lo que ha ocurrido es que la democracia ha sido sustituida por una partitocracia, tan sencillo como eso. Los partidos han hecho un desarrollo de la Constitución tan cerrado en su interior, que hoy la democracia se ejerce o se burla en el seno del partido sin que nadie se entere. Los partidos ocupan todo el espacio público y esto tiene mala salida", sostiene.
Desde la presidencia de aquella emergente FEMP, "estando construyendo el estado de las autonomías desde el otro bando, el de los ayuntamientos, y trabajando codo con codo con el Gobierno de Suárez, dotamos a estos Ayuntamientos de una presencia que no tenían desde el siglo XIX con la I República. De repente, mi partido me dice que tengo que encabezar la lista al Parlamento de Andalucía. Y dejé la FEMP por cabreo y por imposibilidad de ejercer las tres cosas (alcalde, presidente de la FEMP y parlamentario)". Le sucedió su vicepresidente, el alcalde de Zaragoza, que falleció a los dos años. "Presidí una FEMP que hizo una labor histórica. Visitamos provincia por provincia, si bien, no creo que llegase a las cincuenta y dos, pero sí a unas treinta", reseña. "En la Diputación convocábamos a todos los ayuntamientos de la provincia y solían acudir más de la mitad. Les explicábamos lo que era el municipalismo, qué Ley del Régimen Local necesitábamos, qué financiación.... Así construimos un fuerte movimiento municipalista. Allí dentro no se sabía quién coño era del PSOE o quién del PP, igual que en cada Ayuntamiento".
Aparicio habla con soltura y en castellano puro. "Durante las cuatro corporaciones que presidí, les pedí a todos que al entrar en el edificio municipal, las insignias de cada partido las guardasen en el bolsillo. Aquí o quiero notaros de qué partido sois. Tengo a gala, quizá cometiendo una injusticia, que en mi equipo personal de la alcaldía no les dejaba militar en el partido a través de mí". Prefería su independencia. "Don Pedro, ¿cómo puedo entrar en su partido? Si se te ocurra hacer eso, bromeaba yo, llamo a la Guardia Civil. Y con tal broma, intentaba preservar una institución que debe ser de todos los ciudadanos y de todos los partidos".
A favor de aquel PSOE de los ochenta "debo decir que fueron estupendos conmigo, que siempre me apoyaron. Quizá es que me dejaron por imposible". Se acuerda de "una huelga de basuras en Semana Santa en la que dije, se ha acabado... ¡coño!... parad la ciudad si queréis, pero no tragamos lo que pedís. Y el partido me dejó hacer, con el desgaste electoral que aquello podía suponer". Los primeros cuatro de sus dieciséis años de alcalde "fueron inolvidables, porque gobernamos todos juntos, con la ventaja o desventaja de no tener oposición, pero era tanto y tan objetivo lo que teníamos que hacer.... Los vecinos lloraban al ver el agua en sus grifos por primera vez. O el alumbrado público en su calle. No era como la alegría que vino después con La Concepción, el Cervantes, las rondas o la Orquesta. Eran servicios básicos e imprescindibles. Después vinieron tres corporaciones fecundas, transformadoras. Siempre he dicho que el Ayuntamiento es un continuum. Cuando pasa una generación, la gente ya no sabe quién hizo esto o quién aquello".
Regala una reflexión personal sobre Francisco de la Torre y Celia Villalobos, sus sucesores: "Creo que tenemos un estupendo alcalde. No puedo decir lo mismo de la señora que gobernó entre los dos. Y hablo de cortesía y de valores".
"Juro que nunca atisbé la más mínima corrupción a mi lado. Por ejemplo, los concejales de Urbanismo, que es donde siempre se sitúa la sospecha, fueron amigos míos y jamás faltaron a su deber". Opina que "de cada cien alcaldes, noventa y ocho son personas que se matan de trabajar y que ganan un humildísimo sueldo", pero lamenta que "ese otro dos por ciento dé una imagen errónea del resto". Está seguro de que eso siempre pasa en las profesiones hiperéticas, o sea, que una minoría, los peores, dan la imagen de todo un colectivo. Pasa con el sacerdocio, el magisterio, la política o la medicina. Si un camarero es pederasta, es un caso aislado. Pero si lo es un cura, lo es todo el clero. Y si un concejal roba, pues ya todos los concejales roban. Es tremendo. Pero, más que una injusticia, considero un orgullo que la sociedad te pida un paso más. La sociedad espera de sus políticos lo que no espera de otros oficios; por ejemplo, la honestidad".
¿Los curas deben casarse? Recula, hace muecas. Parece que se esconde ¿No quieres mojarte?, le digo. "Yo siempre he hecho submarinismo, no me confundas. Lo de no mojarme nunca ha ido conmigo, simplemente me quedo así porque el mal de este país es que está lleno de 'opinadores', la gente no hace más que opinar. Es como si me preguntas si Rodrigo Rato debería estar en la cárcel. Pues me gustaría tener unos días para estudiarme el tema antes de contestarte; no es cuestión de corazonadas. Pero aquí, un concejal de Zamora te suelta un discurso sobre el clero. Son tertulias de vuestra profesión. Del periodismo. La libertad la siento plenamente, pero a nadie le importa mi opinión. Pero probablemente, si me pides una opinión... diría que sí, que el clero puede casarse. O, mejor, que no debe casarse nadie".
Y, ¿el matrimonio gay? "Soy un talibán en muy pocas cosas de esta vida, pero una de ellas es el lenguaje. Estoy convencido de que las parejas gays deben establecerse como las heterosexuales, con todos sus derechos, ceremonias y reconocimientos sociales, salvo en la palabra matrimonio, cuya etimología es distinta. Me parece estupendo que se hayan legalizado y reconocido". No le gusta nada esa palabra llamada matrimonio.
Defensor a ultranza del euro: "En todo lo que vaya a favor de la unidad europea, ahí sí me encontrarás. Al español, en Europa, se le ve ruidoso, alegre y frívolo, al menos, en la Europa del Norte". Se para la entrevista. Recibe un mensaje de la Agencia Efe en su teléfono móvil. Está al día. "Es una aplicación gratuita, eh", dice. Sobre la crisis, "corrigiendo las mentiras eutanásicas de la política y sin ser economista, creo que nadie nos quita dos o tres años más de penurias, pero a partir del 2015 saldremos a flote", pronostica.
"Internet y el uso de las redes sociales son hoy un disparate. Que todos opinen de todo, que todos insulten a todos.... La tecnología sí es un paso enorme para la humanidad, la comunicación es la gran oportunidad de muchos países para dejar de ser periferia, para no estar fuera del planeta. Pero habría que regular la situación para que no fuera un medio de expresión para salvajes".
Se muestra crítico al entender que "este país, en parte por el franquismo, en parte por la escasa cultura, es muy influenciable por los creadores de opinión. Los intelectuales brillan por su ausencia y los que crean opinión son los medios, no los periodistas. La partitocracia es también ahora mediocracia". Mantiene que "si El País, El Mundo, la Ser y la Cope se ponen de acuerdo para lanzar mensajes contra la monarquía, en diez días este país sería republicano. España es un país manipulable y vulnerable a cualquier campaña mediática".
Socialista. Europeísta convencido. Realista. "Un cambio de gobierno en la Junta de Andalucía sería saludable. Estamos en democracia. Que haya dos grandes partidos no es malo. Me parece un disparate el discurso que están haciendo los pequeños partidos, comunistas o nacionalistas. Que influyan tanto en el gobierno de la nación, como está ocurriendo", no le gusta. Sí que haya "dos grandes partidos".
Con amplia gama en gustos culinarios, como "aficionado" a la gastronomía, "me gusta la cuchara". El gazpacho y el ajoblanco "los alterno todos los días de mi vida, incluidos los del mes de enero". Futbolísticamente, este madrileño es del Barcelona, "pero mucho". Ya nació así. Socialista contra natura, siempre pataleando. Pero afirma que "si hubiera nacido y vivido en Barcelona, no sería del Barça, pero como he nacido y vivido en Madrid, sé que eso del Real Madrid es insoportable".
Tiene una 'espinita' clavada en su corazón malagueño que el transcurso de los años aún no ha curado: "Cuando dejo en 1995 de ser alcalde de Málaga di la imagen de que me iba físicamente de aquí. Hoy, en 2013, hay gente que me saluda por la calle y, despus de decirme que he engordado, me pregunta: entonces, ¿ha vuelto usted a Málaga? Eso me duele ¿Porqué a un Diputado nacional no le dicen se ha ido usted a Madrid? El avión a Madrid dura una hora y a Bruselas tres.... ¿Ha vuelto usted en Málaga? ... ¡ Pero si yo nunca me he ido de Málaga ! ¿Se fue usted a Europa? Sí, pero de lunes a jueves.... No me lo explico". Sus hijos "aprendieron a hablar en Málaga". Le duele.
Europa es "la única esperanza. Europeizar España, como ya se intentó en el 98 sin conseguirlo. Sentencia que un nuevo país federal de trescientos millones de habitantes al que pertenezca España, es el mejor invento posible, es una estructura política tipo USA, China, Australia o Canadá. Una unidad bien comunicada de trescientos millones de consumidores y productores de alto poder adquisitivo. Ese es el planeta hoy. Ni España, ni siquiera Alemania, pueden ya competir por si solas".
Critica la "mala calidad de la enseñanza, la lejanía entre Estado y ciudadanos, la incultura general, el desprecio por la música, el ruido en espacios públicos, y esos hábitos ambiguos de frontera entre civilizaciones".
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