Francisco Jiménez
Martes, 7 de octubre 2014, 01:51
El colegio de Los Asperones tiene daños de consideración en su estructura y en la cimentación que, si no son corregidos, obligarían a cerrar las instalaciones para garantizar la seguridad de profesores y alumnos. Así de contundente es el informe que técnicos de la Gerencia Municipal de Urbanismo han trasladado de forma urgente a la Consejería de Educación tras la inspección realizada en el centro docente a instancias de sus propios responsables, que llevan años viendo cómo los módulos que conforman el colegio María de la O se van deteriorando progresivamente sin que se tomen medidas. Aunque los daños son generales en todo el recinto, el edificio que se encuentra en peor situación es el localizado más al norte, en el que se ubican la cocina, el comedor y la sala de dirección, además de otras dependencias administrativas.
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La relación de desperfectos recogida en el informe dan buena muestra del estado que presenta el inmueble: importantes desniveles del pavimento, grietas tanto en el suelo como en las paredes, descuadres de carpinterías, falsos techos desplazados de sus perfiles de apoyo por movimientos de la estructura y que han obligado a retirar algunos para evitar desplomes; juntas anormalmente abiertas entre módulos y en forma de abanico (más cerradas en la parte inferior que en la superior) y parte de la cubierta deformada.
Desde el departamento de Arquitectura y Conservación apuntan como causa más probable de este deterioro a «una insuficiente cimentación, que no es capaz de contener las variaciones del terreno», que es de componente arcilloso y, por tanto, más proclive a cambios de volumen según los niveles de humedad.
En vista de que entre la inspección realizada hace un mes y la anterior que tuvo lugar en enero de 2013 se ha observado las grietas se han acentuado, los técnicos municipales ya han informado a la Junta de Andalucía de las medidas a adoptar para frenar su avance. Así, proponen que se repasen las grietas y juntas abiertas entre módulos, sellando posibles vías de entrada de agua y sustituyendo los elementos afectados, como placas de falsos techos. Igualmente, se recomienda realizar una vigilancia periódico de los módulos deteriorados mediante la colocación de medidores de deformación para controlar su avance, así como revisar los perfiles de la cubierta por si las deformaciones provocadas por los asientos pudieran haber dañado la estructura y realizar catas en el terreno para comprobar la cimentación como paso previo a la elaboración de un proyecto de refuerzo estructural.
Según las conclusiones recogidas en este informe, los daños «son de consideración», advirtiendo de que «dado que las acciones que los provocan no se encuentran estabilizadas, de seguir al ritmo actual no se descarta que pudiesen desembocar en la inhabilitación del edificio para evitar riesgos a los usuarios».
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