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María Gámez y Francisco Conejo, esta semana en la visita a una guardería de la capital.
Guerra (sucia) por ver quién lava más blanco

Guerra (sucia) por ver quién lava más blanco

La hemeroteca y el algodón no engañan. El debate local sobre la corrupción, las prospecciones en la costa o la limitación de mandatos se empaña con el ‘y tú más’. Y de fondo, el horizonte de las municipales, en cuyo mapa ya han comenzado a moverse las primeras fichas

Ana Pérez-Bryan

Domingo, 7 de septiembre 2014, 01:49

La política se ha convertido, en los últimos años, en un terreno plagado de lugares comunes. Ahí, en ese espacio intermedio que parece libre del sano ejercicio de la autocrítica, han encontrado acomodo estrategias que tiran del y tú más en lugar del examen de conciencia. Y da lo mismo que los jugadores de este enorme tablero muevan ficha en el panorama nacional que en el autonómico o el local. Tampoco importan las siglas. Bastaría con echar mano a la hemeroteca de la semana pasada para comprobar la reacción airada del diputado socialista Francisco Conejo a la comparecencia pública de Elías Bendodo, que abría curso y fuego dialéctico en calidad de portavoz de los populares andaluces acusando al gobierno de la Junta de estar «paralizado» y de ser el máximo «responsable» de los casos de corrupción y de «quedarse con el dinero de todos». La respuesta fue inmediata, y en ella Conejo, además de calificar a Bendodo como un «experto en escraches» (sic) le pedía «responsabilidad» y altura de miras en el debate público, especialmente en el asunto de la corrupción.

Pero llegó el lunes, y con él la rueda de prensa conjunta del propio Conejo y de su compañero de filas, Miguel Ángel Heredia, «para abordar temas de actualidad política». Y se acabó la altura de miras que ellos mismos reclamaron el viernes. Ni tres días de tregua antes de recurrir (también) al tema de la corrupción, «con Luis Bárcenas metido en la cárcel» y los alcaldes de Tomares y Bormujos como blanco de los dardos del PSOE, que se apuntó a la moda de la casta política y fue más allá al definir a los populares como «tribu».

En esta guerra por ver quién lava más limpio, los trapos sucios han dejado de lavarse en casa y empañan un otoño-invierno que debería servir para construir un discurso propio de cara a las municipales de 2015. Ni siquiera los grandes asuntos de debate en Málaga parecen escapar a esta deriva, con campañas (des)informativas que se ponen en marcha más como ataque que como defensa. Y si no, ahí tienen otro ejemplo de hemeroteca, que es como el algodón y no engaña: el de las polémicas prospecciones de gas en la costa, con Conejo y Heredia calificándolas en su comparecencia conjunta de «insulto a la inteligencia» y de «estrategia para los intereses oscuros de Soria (el ministro)» y la secretaria general del PP en Málaga, Margarita del Cid, anunciando el mismo jueves una campaña informativa sobre el asunto. Por supuesto, en contra del PSOE, a los que acusó de «irresponsables» por aprobar el proyecto durante el gobierno de Zapatero y estar de acuerdo entonces y ahora no. De los supuestos beneficios de estas prospecciones en la costa, cuya «completa información», en palabras de Del Cid, ha animado al PP a cambiar de opinión, ni palabra. Y más negro petróleo en el debate político.

El otro gran asunto de discusión, el de la limitación de mandatos a ocho años, también ha bajado de la arena nacional a la local en estos días, con Bendodo sugiriendo su aplicación y socialistas como María Gámez convocando una rueda de prensa casi en exclusiva para denunciar que «el alcalde de Málaga está haciendo trampas».

Gran tema el de la limitación de mandatos, con ejemplos a uno y otro lado que dejarían el juego en tablas si se consultaran más las hemerotecas y que prometen calentar y ensuciar el ambiente en un momento crucial como el de la precampaña electoral. Aún no han caído sobre el mapa las primeras hojas del otoño cuando en los partidos ya comienzan a perfilarse las estrategias para designar a los candidatos de cara a las municipales. El PP lo hará en los 103 municipios de la provincia antes de que termine el año, el PSOE quiere apostar por los valores seguros que le permitan afianzarse en plazas conquistadas y avanzar en otras y en IU aún estudian y negocian la posibilidad de cerrar sinergias con otros grupos del espectro de izquierdas como Ganemos e incluso Podemos, pendientes en ambos casos de las asambleas que terminarán por definir su futuro inmediato.

A pesar de que habrá que esperar a la designación oficial de candidatos, sí parece que la tónica general en los grandes municipios será la de mantener a los titulares en la carrera por las municipales, salvo excepciones y con algunos casos concretos que prometen, ya desde el ámbito estrictamente político y no dialéctico, unos meses calentitos. Ahí está el pacto de gobierno en Benalmádena, que llevó al sillón de mando a Paloma García Gálvez (PP) gracias al apoyo de Francisco Salido (UCB) y que ahora se examina con lupa a cuenta de las cuentas de su Comedor Social. O la vuelta a la primera línea política de Juan Martín Serón, que previsiblemente se incorporará al Ayuntamiento de Alhaurín el Grande en noviembre una vez cumplida la sentencia que le inhabilitaba durante un año para cargo público. Que siga en las filas del PP o que concurra a las elecciones bajo otras siglas es una incógnita. Pero no la única. En ese trabajo, en el de despejarlas a su favor, invertirán los políticos los próximos meses. En eso, y en diseñar esas campañas que caen bajo el peso implacable de la hemeroteca. Aunque quizás exista otro más contundente y definitivo: el del voto.

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