
Ignacio Lillo
Martes, 26 de agosto 2014, 00:59
El buque granelero Dorikos (bulk carrier, en el argot portuario), dedicado al transporte de cargas secas a granel, ha sido el último en solicitar los servicios de los astilleros Mario López-Cernaval en el puerto de Málaga, que está viviendo un año récord de producción. Amarró el pasado sábado, con el objetivo de reparar, a flote, unas grietas detectadas en algunas de sus grúas, para lo que se ha montado un andamio de grandes dimensiones sobre la cubierta.
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El presidente de la compañía Mario López-Cernaval no esconde que, con las buenas perspectivas que manejan en cuanto a evolución del negocio, en breve la empresa se quedará corta de espacio, a pesar de que el año pasado ya aumentó sus instalaciones. «Hay que ir pensando en una ampliación, para crear un centro de reparaciones navales con mayor capacidad, dada la demanda y el movimiento que los astilleros le están dando al puerto de Málaga», afirmó López, para quien esta línea de trabajo especializada se puede potenciar aún más y atraer nuevos mercados, de la mano de las administraciones.
Con esta ya son 30 las embarcaciones que han requerido los servicios del taller malagueño en lo que va de año y tras la ampliación de sus instalaciones, que se han consolidado como un referente para la atención a embarcaciones con daños en el Mediterráneo. Como muestra, en agosto se ha alcanzado un 40% más de actividad respecto al 2013 (cuatro barcos atendidos), con un 80% de ocupación media, según informó a SUR el presidente de la compañía, Mario López.
De esta forma, las instalaciones del puerto han albergado entre dos y tres embarcaciones de manera casi permanente. A su juicio, ello se debe tanto a la oferta comercial que la empresa está desplegando en todo el mundo;como a la buena relación calidad-precio, que ha situado a la factoría malagueña como un referente para navieras líderes como Maersk y Grimaldi, especialmente cuando se trata de tareas de alta tecnología.
Ello también se ha dejado notar en el empleo, con un refuerzo de 30 operarios en los picos de demanda, hasta alcanzar los 110 profesionales (la plantilla habitual es de 80).
Aunque ya se ha superado con creces el ejercicio anterior, el cierre del año todavía puede ser mejor, ante las perspectivas de nueva carga de trabajo entre septiembre y diciembre.En concreto, se está negociando la posible entrada en el astillero de un congelador y de un qui
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