Ana Pérez-Bryan
Viernes, 27 de junio 2014, 13:08
Los días de resaca suelen prestarse a la reflexión y al análisis. Y en el Ayuntamiento de Málaga esta mañana parecía aplicarse esa fórmula tras el anuncio, ayer en el pleno, de la marcha de Damián Caneda. El concejal acaparó ayer todo el protagonismo, pero esta mañana era inevitable que ya comenzaran a diseñarse las primeras quinielas para ver cómo quedará el equipo de gobierno con su salida. Por delante, dos vacantes a partir del 15 de julio: la de la concejalía de Cultura, Turismo, Deportes y ducación y el cargo de primer teniente alcalde.
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Y para todo ello, sobre todo para lo segundo, se descarta el concejal de Nuevas Tecnologías y portavoz del grupo municipal popular Mario Cortés, consciente de que su nombre figura ya en el baile de cargos. "Me excluyo de todas las quinielas, que bastante tengo yo con lo mío", ha querido dejar claro esta mañana el propio Cortés en una rueda de prensa que ha compartido con el concejal de Asuntos Sociales y Urbanismo, Francisco Pomares.
Cortés justifica su "autoexclusión" de las quinielas en el hecho de que "es incompatible" asumir la sustitución del alcalde en un pleno en el caso de ser primer teniente alcalde con la portavocía del grupo municipal; y además en el hecho de que como edil de Nuevas Tecnologías tiene que viajar "mucho".
Cortés quiso insistir además en el legado "brillante" que deja Caneda y afirmó que, a juicio del grupo municipal, "él no se va por discrepanncias con el alcalde".
El portavoz del grupo municipal ha efectuado estas declaraciones al final de la rueda de prensa en la que se han abordado los temas de la junta de gobierno local, que cuenta con un punto en el capítulo de Urbanismo que promete polémica: el enfrentamiento entre el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía a cuenta de las instalaciones de la antigua Gerencia de Urbanismo (en calle Palestina), cuya propiedad corresponde a la Junta pero cuyo uso está cedido por contrato al Ayuntamiento, que ha destinado el espacio a actividades ciudadanas y vecinales y, sobre todo, a la Orquesta Filarmónica de Málaga, cuya titularidad comparten Ayuntamiento y Junta y que a falta de una sede estable se ha establecido en las oficinas de calle Palestina.
El problema, en este punto, es que la Junta ha reclamado al Ayuntamiento en varias ocasiones que le devuelva el local, hasta el punto de que según Pomares, "en el último requerimiento nos han dado diez días o nos desahucian". A falta de ver cómo evoluciona este nuevo tira y afloja, tanto Cortés como Pomares anunciaron que irán a la vía "contencioso-administrativa".
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