La fuerza del oleaje ha derribado el muro del paseo marítimo.

Costas iniciará la próxima semana el arreglo de la playa de Guadalmar

Reforzará la escollera de protección del paseo marítimo, la ampliará hasta el espigón intermedio y repondrá la arena perdida

Ignacio Lillo

Jueves, 5 de junio 2014, 02:08

La playa de Guadalmar ha sido la más gravemente afectada por los temporales de la primavera, que la han dejado sin arena y han llegado incluso a derribar parte del muro del paseo marítimo. La Demarcación de Costas arrancará a comienzos de la semana que viene los trabajos para reponer esta franja del litoral y que esté apta para su uso por parte de los bañistas en cuanto comience el verano.

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Las obras supondrán un refuerzo del escollerado existente, que además se ampliará hasta el espigón intermedio. Posteriormente, se llevarán a cabo los aportes de material necesarios para que la orilla tenga una anchura aceptable y se reconstruirá el muro. Ello ha sido posible tras la autorización de la Dirección General de Costas, y con el acuerdo del Ayuntamiento de la capital, con el objetivo de evitar cuanto antes el riesgo para los vecinos y las viviendas.

La concejala de Playas, Teresa Porras, puso de relieve a su vez que la solución es fruto del consenso con los vecinos, que conocen los detalles de la actuación. «Con estas obras se podrán paliar los efectos del oleaje y que todo el mundo esté tranquilo de que no le va a pasar nada a sus casas», comentó. Así, la edil confió en que antes del verano el arenal estará perfecto para su disfrute por los residentes de Guadalmar y los visitantes. Al tiempo, puso de relieve que Costas y el Ministerio de Medio Ambiente han sido receptivos con el problema de la zona. «Es verdad que hay sacar adelante el proyecto definitivo, pero por ahora quitaremos el problema».

Solución definitiva

Costas está a la espera de que Madrid autorice el proyecto de estabilización que ya se ha presentado, para el que existen dos posibilidades: una, con el retranqueo del paseo marítimo, eliminando parte de las zonas verdes, y el recrecimiento de la playa; y la otra, que consiste en fortalecer el escollerado, lo que aseguraría la zona peatonal aunque se perderían unos cien metros de playa, que se compensarían con los dos kilómetros que hay en la vecina zona de Arraijanal.

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