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El coordinador de la campaña de las europeas del PP en Málaga, Francisco Salado; el presidente popular, Elías Bendodo; y la secretaria general del partido, Margarita del Cid, ayer, en rueda de prensa.
Arranca una nueva etapa política en Málaga

Arranca una nueva etapa política en Málaga

El bipartito asume que tiene que cambiar si no quiere sucumbir, y los partidos emergentes buscan jugar un papel determinante

Antonio M Romero

Martes, 27 de mayo 2014, 10:25

Los resultados de las elecciones europeas de este domingo dejan como conclusión que en Málaga se abre una nueva etapa política. La crisis económica ha supuesto una crisis política que ha llevado al desapego ciudadano hacia los partidos mayoritarios y, consecuentemente, a la quiebra del bipartidismo y su sangría de sufragios; ha acarreado la fragmentación del voto; y ha supuesto la aparición de nuevas opciones a la izquierda y la derecha del espectro ideológico aportando aire fresco. Una convulsión que ha dibujado un escenario diferente al tradicional en el tablero político provincial. Aunque esta tendencia tendrá que pasar el examen de próximas citas con las urnas, especialmente las municipales de 2015, lo cierto es que ya nada será como antes y los comicios del 25 de mayo han supuesto un punto de inflexión.

Los partidos políticos han tomado nota. De un lado el PP y el PSOE, que han visto como su posición hegemónica en la provincia pierde fuelle a pasos agigantados y parece no tocar fondo, son cada vez más conscientes de que tienen que cambiar en Málaga si quieren recuperar a esos votantes desencantados que el pasado domingo o bien se quedaron en casa o bien se han decantado por otras formaciones. Más allá de las declaraciones públicas donde afirman están tranquilos, en la avenida de Andalucía y la calle Fernán Núñez -cuarteles generales de populares y socialistas-, hay verdadera preocupación y empiezan a vivir estos días su particulares jornadas de reflexión para ver dónde han errado y, sobre todo, encontrar la fórmula que les permita corregir el rumbo. En este punto, el análisis pasa por cuestiones tan variopintas como su funcionamiento interno, los mensajes, las estrategias políticas o la relación con los ciudadanos. En resumidas cuentas, bajarse del pedestal en que han estado instalados, como reconocen fuentes consultadas, y acercarse más a los malagueños y sus problemas reales.

De otro lado, las formaciones emergentes ven en el resultado de los comicios europeos que los cimientos del bipartidismo se tambalean en Málaga y que las piedras del sistema basado en PP y PSOE empiezan a caer. IU, una fuerza ya consolidada y que en los últimos años va al alza en la provincia, así como UPyD, Podemos y Ciudadanos coinciden en que el equilibrio tradicional de los grandes partidos se ha roto y que ha llegado su hora. Coinciden en que su techo electoral no está definido, buscan jugar un papel determinante en el futuro para la gobernabilidad en instituciones locales (ayuntamientos y la Diputación) y asumen ese papel de partidos bisagras con el reto de propiciar una regeneración de la política malagueña.

Por ello, mientras socialistas y populares otean nubarrones en el futuro, los partidos emergentes afrontan con optimismo este nuevo escenario conscientes de que los vientos del cambio soplan a su favor.

Aviso a navegantes

Los populares, afectados por el desgaste que supone ser el partido del Gobierno en Madrid, han sido los grandes damnificados por las urnas en la provincia y han saltado las alarmas por la pérdida de votos en sus feudos tradicionales de las grandes ciudades y el litoral. «Los datos son un aviso a navegantes», reconoce un alto dirigente popular. Por ello, el PP malagueño aprovechará el verano para analizar los resultados e iniciar el otoño político con una nueva hoja de ruta para intentar recuperar el terreno perdido.

El PP está especialmente preocupado por la situación en las tres ciudades más pobladas de la provincia, la capital, Marbella y Vélez-Málaga donde actualmente gobiernan, y en las que las urnas dieron este domingo la victoria a los socialistas y les inquieta el auge de UPyD, y, en menor medida, los apoyos de Vox, ya que 'pescan' votos en el centro-derecha.

Los socialistas han ganado las elecciones en la provincia, lo que supuesto una inyección de ilusión y moral para la formación de Miguel Ángel Heredia; sin embargo, el mensaje que lanzan sus dirigentes es que hay que huir del triunfalismo y de las grandes alharacas porque la situación sigue siendo delicada y complicada. A pesar de la victoria, el PSOE continúa perdiendo votos y observa cómo IU y Podemos empujan con fuerza y atraen a votantes del caladero de la izquierda.

En este sentido, desde IU consideran que Podemos no es un peligro para sus opciones y lo ven más bien como un aliado «en las instituciones y en la calle», según fuentes consultadas, cara a plantear un proyecto de «izquierda alternativa» en la provincia.

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