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Si prosperan los planes del Gobierno, la torre de control del Aeropuerto de Málaga será privatizada en los próximos meses. La de la Costa del ... Sol está en el nuevo lote del plan de liberalización que pretende llevar a cabo el Ministerio de Transportes, a sugerencia de Aena, junto a otros seis de gran volumen en el resto de España: Palma de Mallorca, Tenerife Sur, Tenerife Norte, Gran Canaria, Bilbao y Santiago. Es el mayor paso en la privatización de estos servicios aéreos desde 2010, cuando se inició el proceso, y que afecta de momento a aeródromos de menor volumen de operaciones.
El Ministerio de Transportes está elaborando una orden ministerial, que tendrá que ser sometida a información pública. El objetivo de este paso es, según la información recabada por Europa Press de fuentes estatales, mejorar la competitividad del transporte aéreo en España, de forma que contribuya a un menor precio de los billetes aéreos.
La externalización afectaría a las torres con más tráfico aéreo, con la excepción de Barajas en Madrid y El Prat en Barcelona, que quedan fuera de esta propuesta.
El Gobierno alega que la experiencia hasta el momento del servicio prestado por proveedores privados en las torres que ya están privatizadas ha sido «significativamente positiva» en términos de calidad y eficiencia económica, por lo que la valoración del Ministerio de Transportes ha sido favorable a la solicitud de Aena.
Esta noticia ha caído mal entre los controladores de Málaga, que advierten de que este paso «irá en detrimento de la ciudad». «Supone replicar la política 'low cost' como ya ocurre en Ibiza y Alicante»; además de que se perderán varios proyectos tecnológicos que se lideran actualmente desde el centro de control malagueño. «La de Málaga es una torre de primer nivel, para la ciudad perder este servicio es muy grave», indican desde este centro, donde trabajan 86 controladores.
En este punto, hay que diferenciar la labor que se hace en la torre en sí (gestión del entorno inmediato, rodadura y pista), que sería la parte privatizada; de la aproximación (que da servicio en el aire), que seguirá en manos de Enaire y que corre el riesgo de que sea relocalizada en Madrid o en Sevilla.
En caso de que la iniciativa salga adelante, los controladores actuales serán sustituidos por otros nuevos, sin apenas experiencia previa; mientras que la plantilla de Málaga será asignada a tareas de aproximación o a otros centros de control en Sevilla, Madrid, Barcelona o Palma.
Los controladores de Málaga van a emprender una campaña institucional y de concienciación para que el borrador del Ministerio de Transportes deje fuera a esta torre, por su importancia en el tráfico aéreo nacional.
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