Catapilco, Velázquez y Mármoles desafían a la estadística y repiten

Por partes. La Gata Loca, situada en la zona de las Pirámides, en la citada calle Catapilco ha repartido parte del primer premio, dotado con 200.000 euros por décimo y del tercero, con 25.000. Cabe recordar que la Agencia Tributaria retiene unos 32.000 euros, así que el ganador se queda limpios 168.000. Del tercero, en teoría, no se descuenta nada.

En esta administración del oeste de la ciudad han vendido un décimo de cada premio reseñado. Ya son expertos en eso. En el pasado Sorteo de Navidad repartieran suerte con el gordo y dos quintos premios. «Ha sido increíble, poder repartir cinco premios en apenas 15 días, estamos que no nos lo creemos, es como coronar el árbol de la Navidad con la guinda del pastel, una estrella de la suerte», ha afirmado Juan Jurado, que regenta esta administración junto con su mujer Nadia Lozano.

Por el momento se desconoce la identidad del afortunado con un décimo del 94.974, que en este caso se adquirió de forma 'on line'. «No sabemos si el comprador es de Málaga o de fuera, lo vendimos por la web y la verdad es que es un número alto, por lo que posiblemente el que lo eligió lo hizo de forma aleatoria, o estaba buscando alguno que acabara en 74», ha comentado este lotero que, tras los premios que repartió el pasado 22 de diciembre, ha tenido unas navidades con mucho trabajo. «Anoche estuvimos vendiendo décimos de El Niño hasta más allá de las nueve, ha sido una locura, y ahora esto, estamos muy felices», ha confesado.

Nadia Lozano, también de dicha administración y mujer de Juan con quien emprendió el negocio en 2017, manifestaba su incredulidad: «Aún no nos lo creemos. Estamos muy contentos. Siempre es muy emocionante y más en estas fechas tan señaladas. Hemos trabajado muy duro para ello».

En la administración corría el cava, que llegó a salpicar a algún reportero gráfico. Todo se perdona en un día así. Incluso la doble fila, que iba creciendo por momentos en el entramado de calles angostas. Los dueños echaban la persiana a eso de las dos. «Ya abrimos el lunes». Porque en día festivo tienen bloqueados los ordenadores para seguir vendiendo lotería. Y eso que muchos vecinos entraban en el local en busca de su propia suerte para futuros sorteos.

Lo mismo ocurría en la calle Mármoles 41, en donde el anecdotario rebosa felicidad. Marina Huesca, la «hija de la jefa» telefoneaba a «Juani» de Catapilco. Se felicitaban mutuamente. En esta céntrica administración, aseguraban no acosumbrarse a repartir premios. «El mejor premio para un lotero es repartirlos. La gente nos ve tan contentas que cree que nos ha tocado a nosotras», apostillaba Lina Durán, «la jefa».

Una buena anécdota en los días previos la protagonizaba una hija («la nieta de la jefa y futura jefa») de Marina Huesca, que explicaba que la pequeña cree que lo normal es dar premios, que los iba anunciando en el colegio y que se había ofuscado un poco cuando alguna compañera de la clase le trataba de hacer ver lo difícil que es desafiar a la estadística. «Ahora cualquiera la aguanta en clase», apostillaba uno de los vecinos que se congregaban en el estrecho margen que dejan acera y carril-bici.

La pregunta más repetida era la de «¿otra vez?», en algunos casos completada con una queja en forma de broma: «Ya me podías haber vendido el que toca». Y es que la suerte es incontrolable, hasta el punto de que Marina Huesca presume de haber dado el mayor premio de la lotería en Málaga, pero no sólo. «Fueron 138 millones de euros, le tocó a todo el barrio. El año pasado dimos un quinto premio en Navidad y este año hemos dado otro quinto y el Gordo. ¡Y ahora nos estrenamos con el Niño», celebraba.

«Creemos que ha sido un billete de los que vienen sueltos. Se ha podido vender o por ventanilla o por nuestra web pero no sabemos a quién. El 22 nos enteramos porque vino a saludarnos la familia. Pero es que a lo mejor a quien le ha tocado todavía no lo sabe», reseñaba justo antes de la una de la tarde, recién abierto el despacho. No había llegado ni el empleado de Loterías con el cartelón del número agraciado. Lo hizo a una hora muy propicia o no para los creyentes en las cosas del azar. Las 13 y 13.

Menos suerte hubo a la hora de abrir el bote para lanzar confeti. Hubo que hacer varios intentos. El cava tampoco había reunido la fuerza suficiente para salir a chorro, quizás amilanado por lo gélido del aire invernal de la ciudad. Era lo de menos. La suerte había venido a saludar. Una vez más. La suerte, un conductor de la EMT, vecinos y todo el que se acercaba curioso a la administración La Biznaga.

Son con esta 12 las veces que el Niño ha caído en la provincia de Málaga. ¿Habrá una 13?