Emmanuel Macron REUTERS

A la Torre Eiffel con certificado covid

También será necesario presentarlo para entrar en cafés, bares o restaurantes franceses

beatriz juez

París

Miércoles, 21 de julio 2021, 20:35

El certificado sanitario Covid, en papel o en versión digital, se ha convertido desde ayer en el nuevo ¡ábrete sésamo! de la cultura en Francia, en plena cuarta ola de la pandemia de coronavirus por el rápido avance la variable Delta. Lo exigen para poder ... entrar en museos, monumentos nacionales, cines o eventos culturales que reúnan a más de 50 personas. Hasta ahora era solo obligatorio en festivales y eventos culturales de más de 1.000 personas.

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A principios de agosto también será necesario presentarlo para entrar en cafés, bares, restaurantes y centros comerciales o viajar en avión y trenes de largo recorrido.

A la entrada de la Torre Eiffel, un cartel informa a los visitantes que para entrar es obligatorio tener un certificado sanitario que acredite tener la pauta de vacunación completa con una de las cuatro vacunas autorizadas en Francia (Pfizer, Moderna, AstraZeneca o Janssen), disponer de una prueba negativa (PCR o de antígenos) de menos de 48 horas o haber superado el Covid-19 en los últimos seis meses.

Aquellos visitantes que no tienen el certificado sanitario o lo han olvidado en casa o en el hotel, pueden realizar una prueba rápida de antígenos en las carpas que la empresa que gestiona este monumento ha montado junto a la entrada de la Torre Eiffel.

Los turistas tienen que escanear un código QR para acceder a un formulario que deberán rellenar antes de hacer la prueba de antígenos. En 15 minutos tienen el resultado y si éste es negativo pueden acceder a la Torre Eiffel. A la entrada del monumento piden el certificado sanitario y el DNI o pasaporte.

La prueba de antígenos es gratuita para los franceses presentando la Carte Vitale, la tarjeta sanitaria gala. Los turistas extranjeros deberán pagar 25 euros por la prueba Covid, además del coste de la entrada de la Torre Eiffel.

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«No hay reticencias. Alguno cambia de idea (por el coste de la prueba para los extranjeros). Pero, en general, la gente está contenta de poder subir a la Torre Eiffel», explica Ilyas, un estudiante de medicina que trabaja en la carpa de la Torre Eiffel informando a los turistas que van a hacerse prueba. Pero siempre hay alguno que se queja. «¿25 euros? Es un timo», dice en alto una joven turista estadounidense, que al final se acaba haciendo la prueba a regañadientes para poder visitar el monumento.

La prueba de antígenos es válida hasta 48 horas, por lo que los turistas podrán utilizarla durante ese periodo para entrar en otro museo, monumento o ir a un concierto. Pasado ese tiempo, tendrá que volver a hacerse otra vez la prueba.

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Tanto Florence Désert, directora de explotación de la Torre Eiffel, como Laurence Huguet, jefe del servicio de vigilancia de la Pirámide del Louvre, confirman a EL CORREO que todo ha ido sobre ruedas el primer día de la obligatoriedad de presentar un certificado sanitario en dos de los monumentos más visitados de Francia.

«Casi todos los visitantes tienen ya su certificado sanitario», explica Huguet, que recuerda que los turistas extranjeros han necesitado presentar, de todas formas, una prueba de su vacunación o una prueba PCR o de antígenos negativa para poder entrar en Francia. A la entrada del Louvre, comprueban que el nombre que aparece en la entrada del museo coincide con el del certificado sanitario y, en caso de duda, piden el carné de identidad o el pasaporte al visitante.

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Laura Rodríguez y Mohamed Chehab han venido cuatro días de turismo a París desde Barcelona. «Hemos podido entrar (en el museo del Louvre) con el certificado de antígenos que trajimos para viajar. Y ahora nos hacemos otra prueba para volver a España», explica Laura mientras hace cola junto a otros turistas en una carpa cerca del Louvre.

Para ir al cine en Francia también es necesario desde ayer presentar un certificado sanitario. «Es más tranquilizador» saber que la gente que está dentro de la sala están vacunados o han dado negativo en la prueba Covid, explica Victoire, que ha ido con su pareja a ver el estreno de «Kaamelott- Premier Volet» del director Alexandre Astier.

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A esta parisina también le parece bien que a partir de agosto vaya a ser obligatorio presentar en Francia el certificado sanitario para ir a un bar o al restaurante, una medida con la que Macron busca animar a los franceses aún reticentes a vacunarse. «Cuantos más estemos vacunados, antes podremos salir de este lío», opina Victoire.

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