COLPISA / AFP
Martes, 9 de agosto 2016, 18:28
Tras la polémica suscitada y por el miedo a "problemas de orden público", un parque acuático privado del sureste de Francia ha rechazado la solicitud de una asociación musulmana de organizar allí una actividad con 'burkini', el traje de baño islámico de cuerpo entero.
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Una asociación de mujeres que trabaja en los barrios pobres del norte de Marsella había alquilado el Speedwater Park para el día 10 de septiembre, con la consigna de no llevar un dos piezas sino trajes de baño que cubrieran "desde el pecho a las rodillas".
La iniciativa, perfectamente legal, provocó las protestas de concejales locales y algunos políticos, la mayoría de derecha o ultraderecha, denunciando que el acontecimiento supondría un acto de "comunitarismo" que cuestionaría el modelo republicano y "atentaría contra la dignidad de las mujeres".
Speedwater Park y el ayuntamiento de Pennes-Mirabeau, donde se ubica el parque, decidieron desestimar la petición de la asociación de mujeres 'Smile 13', que no había confirmado su reserva ni pagado una seña, anunció el parque y la localidad en un comunicado conjunto. "Ni Speedwater Park ni la ciudad de Pennes-Mirabeau desean ser el escenario de problemas de orden público engendrados por cuestiones que rebasan nuestras actividades o ámbitos", indicaba el texto.
El 3 de agosto, el alcalde Michel Amiel, de izquierdas, había anunciado que emitiría una ordenanza municipal para prohibir el evento. "Posturas ideológicas extremas están sirviéndose de la polémica vinculada a esta jornada para solucionar conflictos en los que ni Speedwater Park ni Pennes-Mirabeau desean participar", explicaron. Por su parte, la asociación 'Smile 13', que rechazó responder a los medios de comunicación, publicó en su cuenta en Facebook que "lamentaba, asombrada, la amplitud de la polémica" generada en torno a este acontecimiento.
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Frente a las amenazas recibidas, como balas de revólver enviadas por correo, la asociación afirmó haber "contactado con el Colectivo contra la Islamofobia de Francia". En Francia, los signos religiosos, incluido el velo islámico, están prohibidos en los establecimientos educativos salvo en las universidades y para los trabajadores de los servicios públicos. La aparición de 'burkinis' y de 'hiyabs' en colecciones de moda de marcas internacionales, fue criticada en marzo por la ministra del Derecho de las Mujeres, la socialista Laurence Rossignol, que lo consideró como "promoción del encierro del cuerpo de las mujeres".
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