Ahora que los israelíes ya han entrado en Gaza y se combate en la ciudad, es necesario analizar en serio si existe alguna posibilidad real de que el conflicto escale y se desborde a terceros países.
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La versión corta: No. Simple y llanamente, no. Ni ... hablar. Ni en sueños.
Pero vayamos por partes: los países árabes temen enfrentarse a Israel, porque saben que sus ejércitos valen muy poco en combate, especialmente frente al Tsahal, una de las fuerzas armadas más eficaces del mundo. Y si decidieran coaligarse y atacar en masa todos juntos, Israel tiene armas atómicas, y ellos no.
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Por otro lado, los hutíes de Yemen han declarado la guerra a Israel, pero lamento decir que esto no es más que el enésimo ejemplo de la palabrería árabe, de su excesiva tendencia a la retórica por la retórica. Ni su posición geográfica, ni su situación actual luchando en la guerra civil, y además contra los invasores saudíes, les dejan opciones reales de intervenir.
Hezbolá supera a Hamás en armas y habilidad combativa, pero dispone de efectivos limitados y ha sufrido duras pérdidas ayudando a la dinastía Assad en la guerra civil siria. Israel podría lidiar con ambos grupos al mismo tiempo, aunque le resultaría caro en vidas y en recursos. Y una vez Hamás fuese aplastada, el sur del Líbano podría sufrir el mismo destino: invasión masiva israelí, más huida, muerte o expulsión de la población local y colonización israelí y anexión permanente 'de facto'. Además, Hamás es un grupo sunita integrista ultrafanático. Según sus dogmas, los musulmanes chiitas como los de Hezbolá son herejes a los que hay que exterminar. Por lo tanto, Hezbolá va a limitarse a «mostrar el pabellón» pegando algunos tiros para guardar las formas.
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Irán: su posición geográfica le impide intervenir directamente. Cualquier intento de abrir segundos frentes, por ejemplo, bloqueando el Estrecho de Ormuz, provocaría una durísima respuesta, no solo de EE UU, sino mundial. Se repite sin cesar que los iraníes han ayudado a Hamás en su reciente ofensiva. Personalmente, no me creo ni una palabra de todo ello, y lo considero parte de una narrativa propagandística norteamericana de Irán como supervillano archienemigo de Occidente. La ofensiva de Hamás es mera repetición de su 'modus operandi' habitual, salvo que a una escala muchísimo mayor. Para eso no hace falta ayuda alguna de terceros. La tecnología armamentística iraní es muy superior a la de Hamás. Por lo tanto, si los iraníes estuviesen ayudándoles, lo primero que veríamos es que la carga explosiva de sus cohetes se incrementa sustancialmente, sin disminuir su alcance.
Otras potencias: Putin está enfangado en Ucrania. Erdogan es como un volcán que arroja mucho humo, pero muy poco más. Xi Jinping está demasiado lejos y no tiene nada que ganar en este embrollo. La UE no va a enfrentarse a EE UU para defender a unos integristas islámicos que se pasan el día aullando «¡mueras!» a Occidente.
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Por lo tanto, Netanyahu puede planificar sus operaciones bélicas sin el más mínimo temor a interferencias militares de terceros. Otra cuestión son las consecuencias políticas a largo plazo, pero los israelíes tienden a creer que, contando con armas atómicas, el respaldo incondicional de Washington y la incompetencia militar árabe, gozan de impunidad plena para despoblar el norte de Gaza, anexionárselo 'de facto' y llenarlo de asentamientos judíos. El futuro lo dirá, pero de momento, los israelíes ganan.
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