La ayuda recibida sólo satisface «el 1% de las necesidades»

En un comunicado difundido por la cadena 'Al Yazira', la oficina política de la milicia explica que la Franja necesita «mil camiones de ayuda» diarios para repartir alimentos y agua entre la población local, y al menos «un millón de litros de combustible» con el fin de garantizar el funcionamiento de los servicios sanitarios. Durante la tregua han cruzado por el paso de Rafah apenas un millar de vehículos pesados con abastecimientos.

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Las autoridades reclamaron a la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) que vuelva a reanudar sus actividades en Gaza, especialmente en la zona norte, la más devastada por la guerra pero también la más controlada por el ejército para evitar que la comida y el combustible acaben en manos de los terroristas, que todavía se refugian en los túneles. Hamás solicitó además a los países árabes que instalen hospitales de campaña en la Franja y la entrada de «cientos de equipos y mecanismos de Defensa Civil para recuperar los cuerpos de los mártires» que permanecen bajo los escombros.

Los mandatarios gazatíes responsabilizaron «plenamente» a la comunidad internacional, «especialmente a Washington», de la ofensiva israelí, que hasta el momento ha causado más de 15.000 muertes, sobre todo de civiles palestinos. Precisamente, el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, culpó al Movimiento de Resistencia Islámica por el fin del alto el fuego, ya que «empezó a lanzar cohetes antes de que la pausa terminara e incumplió los compromisos que asumió con respecto a liberar a ciertos rehenes». Blinken recordó además el «atroz» atentado, reivindicado por el propio Hamás, que mató a cuatro personas –la cuarta víctima mortal se confirmó este viernes– en una parada de autobús en Jerusalén.