Francia manda al tajo a sus adolescentes
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'Prácticas de observación' | El Gobierno galo obliga a los alumnos de Secundaria a trabajar en una empresa, negocio o administración en el marco de sus estudiosLos adolescentes franceses se asoman al mundo laboral a los 14 años. Es una obligación desde 2005 para los alumnos de Troisième -el equivalente a tercero de la ESO- que se materializa con las llamadas 'prácticas de observación en un entorno profesional'. Así, los 580. ... 0000 estudiantes de este ciclo deben pasar entre tres y cinco días trabajando de manera individual o colectiva en una empresa, un negocio o una administración pública.
Dice la Academia de París que el objetivo de estas prácticas es que los estudiantes puedan «descubrir de primera mano el mundo laboral, compartir el día a día con profesionales y beneficiarse de una experiencia concreta. Es una oportunidad para que adquieran mayor autonomía, ganen confianza en un nuevo ambiente y puedan, eventualmente, confirmar un proyecto de orientación» para sus futuros estudios o su carrera profesional. Las dos semanas de prácticas obligatorias se extenderán este año a los alumnos de Seconde -cuarto de Secundaria-, según ha anunciado el ministerio de Educación.
Desde la panadería de la esquina a la Asamblea Nacional, pasando por una editorial, la consulta de un médico, una librería, un gabinete de abogados, una empresa familiar, una asociación, un ministerio o un ayuntamiento. Alumnos y padres buscan de manera desesperada un lugar para hacer prácticas. Para eso aprenden a escribir un currículum vitae y a redactar una carta de motivación para enviar a las empresas. Y hasta se les enseña a encajar que no les respondan o les digan que no, porque encontrar un lugar en el que ensayar un trabajo con 14, 15 o 16 años, sin haber acabado de estudiar y sin experiencia no es fácil. Y aunque los colegios e institutos pueden echarles una mano, la lista de opciones se queda corta para atender toda la demanda.
Desde 2015, el Ayuntamiento de París ofrece 1.000 prácticas de observación a un millar de alumnos de Troisième, que pueden acceder a uno de los 21 departamentos municipales. Un motor de búsqueda permite a los estudiantes encontrar fácilmente qué prácticas están disponibles en determinada fecha y seleccionar la que más les guste. 'El primero en llegar, el primero servido'.
Daniel, de 15 años, sueña con ser jugador de baloncesto profesional. Por eso cuando en el colegio le dijeron que tenía que hacer prácticas obligatorias en una empresa se puso a bucear en el mundillo del basket. Envió currículums y cartas de motivación a la Federación Francesa de Baloncesto (FFBB), a la NBA, a la Euroliga y a varios equipos, sin que ninguno de ellos le aceptara. Al final, tras mucho buscar, encontró en la web del Ayuntamiento parisino una plaza en la Dirección de Finanzas y Compras. Nada que ver con lo que quería, pero una experiencia que le ha permitido ver cómo funciona un consistorio por dentro.
En estos casos, el boca a boca también funciona. 'Mi hijo busca prácticas de observación. ¿Podría hacerlas en tu empresa?', es una de las frases que más se repite en Francia cuando los hijos de los amigos se encuentran en esta situación. Para quienes no tienen 'enchufe' y vienen de barrios desfavorecidos, existen plataformas como Viens voir mon taf y Mon stage de Trosième, y asociaciones como Tous en Stage para ayudarles a cumplir el trámite. El objetivo es evitar que los jóvenes de estas zonas acaben haciendo lo que despectivamente llaman en Francia 'stages kebab' (prácticas kebab): en el kebab, el ultramarinos o el supermercado de la esquina.
Una vez conseguidas las prácticas, el alumno, las familias, la empresa y el centro escolar deben firmar un convenio de colaboración, en el que se establece el horario del estudiante, sus objetivos y las tareas a realizar. Para que la experiencia sea un éxito, antes de sumergirse en ella los colegios o institutos dan algunas consignas al alumnado. Le piden, por ejemplo, que sea puntual, que cumpla los horarios, se comporte correctamente, vaya bien vestido y sea amable y educado. Porque, por una semana, son sus embajadores en las empresas.
Pero no todo consiste en trabajar. Durante las prácticas, los chavales pueden entrevistar a los empleados, asistir a reuniones, documentarse sobre la empresa y sus act ividades y realizar ciertas tareas a fin de comprender mejor en qué consiste el trabajo diario de un determinado profesional. Puede que así tengan un poco más claro si de mayor le gustaría seguir sus pasos.
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