La UE sienta las bases de la futura relación con Siria con el envío de un embajador

El representante diplomático europeo en Damasco -que desde hace unos años trabaja desde Beirut (Líbano)- transmitirá al Gobierno interino sus expectativas y, en función de las intenciones de Damasco, se discutirá «cómo mantener el contacto y a qué nivel si Siria va en la buena dirección», insistió la jefa de la diplomacia comunitaria a su llegada al Consejo de Exteriores de la UE, este lunes en Bruselas.

«No podemos dejar un vacío», subrayó Kallas, quien remarcó que la súbita caída de Al Assad pone en evidencia que Rusia e Irán no son socios fiables, ya que «no te ayudan cuando estás en problemas. Esto es un mensaje positivo para el mundo». En cuanto a la transición política, subrayó que debe ser «liderada por Siria» y el bloque juzgará al Ejecutivo interino de Damasco por sus acciones y no por los mensajes esperanzadores que han transmitido estos últimos días.

Francia y Reino Unido ya han comunicado sus propios planes para establecer relaciones con las nuevas autoridades lideradas por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS). También Estados Unidos, cuyo secretario de Estado, Antony Blinken, se reunió la pasada semana con representantes de la Liga Árabe y Turquía para tratar la transición en Siria.

A su llegada a la reunión de ministros, el titular de Exteriores belga, Jean-Noël Barrot, reconoció que se abre un periodo incierto en Siria, «con riesgo de fragmentación y desestabilización» y deseó que el país experimente «una transición política que permita a todas las minorías estar representadas, que respete los derechos humanos y de las mujeres y que luche contra el terrorismo». Un deseo compartido por su homólogo de Países Bajos, Caspar Veldkamp, que recalcó la importancia de que se respete a las minorías cristianas y kurdas.

La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, aseguró, por su parte, que una de las condiciones europeas para las autoridades de Damasco debe ser la retirada de las bases militares rusas del territorio, un tema que apoyaron otros socios de los Veintisiete. «Los representantes de algunos países dijeron que debe ser una condición acabar con la influencia de Moscú. Siria es también una base desde la que Moscú organiza sus operaciones en toda la región y en África, y es una preocupación para la seguridad europea», apuntó Kallas.

Este lunes la presidenta de la Comisión Europea se reunió con el rey jordano, Abdullah II, en Amán para tratar la situación de «incertidumbre» en territorio sirio y en toda la región. La UE ya ha movilizado cuatro millones de euros para ayuda humanitaria urgente, lo que eleva a 163 la aportación económica comunitaria al país árabe en 2024. Esta semana la jefa de la diplomacia europea viajará a una cumbre que se organizará en Jordania para abordar la transición política y el futuro de Siria, al que acudirán todos los gobiernos de la región.

Tras la caída de Al Assad la UE trata de establecer una estrategia común en política exterior. Sin embargo, varios Gobiernos europeos ya han comenzado a dar pasos por su cuenta. Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Italia, Suecia, Noruega, Suiza, Reino Unido y Países Bajos han paralizado las solicitudes de asilo de ciudadanos sirios, a la espera de cómo se desarrolla la situación en su lugar de origen. Es más, el Ejecutivo de Viena ha ofrecido 1.000 euros a los refugiados que vuelvan voluntariamente.

España ha criticado duramente estas medidas debido a lo reciente del fin de la dictadura y al escenario «volátil» que vive el país árabe. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró este lunes en Bruselas que van a ser «muy escrupulosa» con el regreso de los refugiados sirios a su lugar de origen y que solo se apoyará un retorno que «sea seguro, respete los derechos humanos y los criterios marcados por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR)». Albares también reclamó que el enviado especial traslade al Gobierno interino la necesidad de que no haya zonas del territorio sirio en manos de grupos armados.