Starmer sufre la primera rebelión interna de su mandato por las ayudas energéticas a pensionistas

La subvención, de 240 euros para los nacidos antes de 1958 y de unos 360 para los nacidos antes de 1944, ayuda a los necesitados a calentar su vivienda. Pero es un subsidio universal, que no distingue entre pobres y millonarios. El Gobierno quiere desembolsarla sólo para los jubilados que reciben otra subvención que se da sólo a pensionistas con muy baja renta.

Una de las quejas contra la iniciativa del Ejecutivo de Keir Starmer es que muchos pensionistas no saben si tienen derecho a esa segunda subvención, que requiere dar datos sobre la renta personal. Es la gente a la que quería proteger en el debate sobre la moción el conservador Edward Leigh, el más antiguo diputado en la Cámara de los Comunes, que propuso también un «serio debate» sobre por qué él debe acceder a esta ayuda.

En la actualidad, más de 11 millones de británicos reciben la ayuda invernal. El plan de la ministra de Economía y Hacienda, Rachel Reeves, reducirá los beneficiados a millón y medio. Su objetivo es ahorrar algo más de 2.000 millones, que podrían ser reducidos si otro ministerio, el de Trabajo y Pensiones, localiza a los 800.000 jubilados que aproximadamente tienen derecho a la segunda subvención por baja renta.

La moción conservadora es la primera acción de acoso al Gobierno por el ahora principal partido de la oposición. Con la elección de su líder reducida ya a cuatro candidatos (Robert Jenrick, Kemi Badenoch, James Cleverly y Tom Tugendhat), los 'tories' se resignan en el Parlamento a negar la constante acusación de los laboristas de haberles dejado un país con finanzas muy frágiles.

Con el Parlamento cerrado el jueves para celebrar las conferencias anuales de los partidos, Starmer marchará al encuentro con sus seguidores insistiendo en que han de apoyar la austeridad temporal, que sería necesaria para sembrar el crecimiento futuro. Recuerda también en esa faceta a Clement Attlee, lider laborista del Gobierno de la posguerra. Fue desbancado en su segundo mandato porque la gente se había cansado de tanto sacrificio. No tenía él entonces la mayoría absoluta que posee el actual 'premier' británico.