La relación entre Zelenski y el jefe del ejército se enturbia en el peor momento de la guerra

Es conocido el desencuentro que los dos líderes mantuvieron recientemente a raíz de que Zaluzhny afirmase que la contienda ha entrado en un «punto muerto». Zelenski le desautorizó, en coincidencia con la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a Kiev. Sin embargo, no es esta la única fricción entre ambos, según desvela 'UP', el 'Pravda' ucraniano. Al parecer, el presidente ha asumido a medida que se complicaba la guerra el rol de comandante en jefe que le otorga su cargo y establecido cauces paralelos de comunicación para tratar directamente con los máximos mandos de las tropas terrestres -Oleksandr Syrskyi, con el que mantendría una mejor relación- y de la Fuerza Aérea, Mykola Oleschuk, ninguneando así a Valery Zaluzhny.

Fuentes citadas por el rotativo señalan que esta estructura permite a Zelenski agilizar las órdenes y la actividad con estas divisiones, pero desestabiliza la labor de su principal comandante y le «impide comandar todo el ejército», lo que ha generado una importante «desmotivación» entre los cuadros militares, «A veces da la impresión de que Zelenski tiene dos tipos de fuerzas armadas: las 'buenas', comandadas por Syrskyi y otros favoritos, y las 'malas', subordinadas a Zaluzhny», confiesa a 'UP' una persona próxima al máximo jefe del militar.

A un sector del Estado Mayor tampoco le satisfizo la purga ordenada en agosto contra los responsables de todas las cajas regionales de reclutamiento del país por posible enriquecimiento ilícito, en una decisión inmediata del presidente, acosado por los requerimientos de la UE para mostrar mano dura contra la corrupción. Algunos cargos creen que el mandatario debiera haber consultado antes cómo gestionar esta circunstancia, ya que al despido masivo le siguió una caída también masiva del reclutamiento.

De hecho, los anuncios para la captación de nuevos soldados abundan estas semanas como nunca lo han hecho en los medios y el propio jefe de Gobierno sugirió el sábado que quizá resulte necesario «introducir cambios» en el sistema de reclutamiento. Ahora mismo, el ejército tiene la capacidad de movilizar a cualquier hombre ucraniano de 27 a 60 años de edad, pero se baraja que esta franja descienda a los 25 años, lo que aportaría otros 140.000 reclutas en 2024.

La situación es delicada. Kiev intenta denodadamente avanzar, pero el invierno y las fortificaciones rusas frustran la mayoría de sus ataques. Un extenso informe de 'The Washington Post' revelaba este lunes que los «errores de cálculo» han permitido a Ucrania arrebatar a los rusos únicamente 518 kilómetros cuadrados de terreno a costa de miles de muertos y heridos, así como de «miles de millones de dólares» perdidos en armas enviadas desde Occidente. Para complicar las cosas, Washington lanzó este lunes una llamada de advertencia al Congreso de EE UU, al que instó a llegar a un rápido acuerdo sobre nuevas ayudas, puesto que a finales de este mes se quedará sin fondos para enviar material de combate a Kiev.

La parálisis que sufre la guerra ha acrecentado las tensiones entre los máximos líderes político y militar de Ucrania. Pero ya vienen de antes. Una encuesta en marzo de 2022 señalaba que el 93% de la población confiaba en Zelenski, pero esta credibilidad era aún mayor, del 98%, en el caso de las Fuerzas Armadas.

La posterior creación por parte de varias organizaciones de un fondo de ayuda humanitaria bautizado con el nombre de Zaluzhny tampoco contribuyó a mejorar la relación. El entorno presidencial creyó que se trataba de una operación para crear un partido político capaz de competir con Zelenski en unas elecciones.