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La pasada noche ha sido la primera después de varios días de incesantes bombardeos rusos contra Ucrania en la que Moscú no ha continuado los ataques. En total han sido veinte las incursiones lanzadas por Rusia contra el país vecino durante mayo. Kiev, sin embargo, ... a quien el Kremlin acusa de los ataques del martes contra Moscú, sí ha seguido golpeando Rusia en las últimas horas empleando otra vez aparatos volantes no tripulados y artillería.
Las regiones afectadas han sido Bélgorod, Krasnodar y Briansk. El ejército ucraniano ha bombardeado además la región de Lugansk, que Rusia se anexionó el año pasado y está ocupada actualmente por fuerzas locales prorrusas y tropas enviadas por Moscú. Las autoridades de ocupación reportan cinco muertos y una veintena de heridos en el poblado de Karpati (Lugansk) tras el ataque ucraniano.
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Aunque con menos víctimas, el gobernador de la región rusa de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, denuncia el cañoneo de la artillería ucraniana contra la localidad cercana a la frontera de Shebékino como el más serio de la noche con un muerto y seis heridos. Este poblado lleva días sometido al fuego de partisanos proucranianos que operan con el apoyo el ejército de Kiev.
Gladkov sostiene a través de Telegram que «a las 3:15 de la madrugada de este miércoles sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes Grad del ejército ucraniano llevaron a cabo un ataque masivo» contra Shebékino. Ha reportado que, además de cuatro heridos contabilizados, «se rompieron ventanas, se hundieron fachadas y techos en ocho apartamentos, en cuatro casas privadas, así como en una escuela y en dos edificios de oficinas. Un comercio se ha quemado por completo y doce automóviles han sufrido desperfectos diversos». Horas antes, Gladkov había informado de un ataque contra un centro de acogida temporal de las personas evacuadas de la aldea vecina de Sereda. Según los datos que ha aportado, murió el guardia de seguridad y dos personas resultaron heridas de gravedad.
Así que Gladkov, «ante el empeoramiento de la situación», ha anunciado la decisión de evacuar a 300 niños de todo el entorno de Shebékino y Graivorón, escenario de la incursión de partisanos a comienzos de la semana pasada. Serán enviados a la región rusa de Voronezh, también fronteriza con Ucrania. La semana pasada, tras la penetración en la región de Bélgorod de partisanos rusos que combaten en las filas ucranianas, tuvieron que ser evacuadas nueve aldeas fronterizas. Moscú responsabiliza de estos ataques al ejército ucraniano, aunque en Kiev desmienten estar involucrados en tales acciones. La región de Bélgorod ya lleva semanas siendo atacada por drones ucranianos.
La noche del martes ha sido también atacada la refinaría de petróleo de Afipski en la región rusa de Krasnodar, cuyo gobernador, Veniamín Kondrátiev, asegura a través de Telegram que la planta sufre un incendio a causa de la caída de un dron. Según su informe, «las llamas se han propagado en una superficie de cien metros cuadrados, pero sin causar víctimas». Kondrátiev ha asegurado poco después que el fuego había sido extinguido.
También en Krasnodar otro aparato volante no tripulado ha golpeado hacia las cuatro y media de la madrugada la refinaría de Ilski, blanco anteriormente de otros bombardeos. Según la publicación rusa Baza no se ha producido ni siquiera incendio y tampoco víctimas. Durante mayo la planta de Ilski fue atacada por drones al menos dos veces.
Baza también informa de que el ejército ucraniano ha bombardeado además un puesto fronterizo ruso en la región de Briansk. «El ataque comenzó alrededor de las cinco y media de la mañana y duró treinta minutos. Se dispararon un total diez proyectiles. Es de suponer que el ataque se llevó a cabo desde un tanque. Como resultado del bombardeo la tienda Duty Free y la sala de inspección aduanera resultaron dañadas. No hubo víctimas». Briansk, aunque con menor intensidad que la vecina Bélgorod, también ha sido atacada en las últimas semanas.
En Karpati, las autoridades de ocupación de Lugansk reportaban este miércoles la muerte de cinco personas y diecinueve heridos, según el parte oficial, «a causa de un bombardeo ucraniano con misiles HIMARS» de fabricación estadounidense. Se precisa también que «fueron disparados cuatro cohetes, que alcanzaron un campamento en construcción y el edificio de una granja avícola».
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha matizado las declaraciones del presidente Vladímir Putin en cuanto a la necesidad de mejorar el sistema de defensa antiaérea tras los ataque lanzados el martes contra la capital rusa. Según sus palabras, «los sistemas antiaéreos demostraron su eficacia para repeler los aparatos volantes no tripulados ucranianos contra Moscú el 30 de mayo». No obstante, refiriéndose a las órdenes dadas por Putin, Peskov ha señalado que las lanzaderas antiaéreas Pantsir-S «funcionaron de forma efectiva, pero hay margen para mejorar esa eficiencia». El reconocimiento por parte del presidente ruso de que la defensa antiaérea necesita ser mejorada ha causado cierta sorpresa en círculos ultranacionalistas al considerar que es algo que tenía que haber estado resuelto desde el momento en el que se inició la invasión de Ucrania y, sobre todo, después de que dos drones lograran a comienzos de mayo atacar las dependencias del Kremlin.
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