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El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, defendió este viernes un incremento del gasto militar por parte de los países europeos. «Hace falta que los franceses, los españoles y los europeos se acostumbren a la idea de que deben asumir un mayor peso ... y una mayor responsabilidad en la seguridad del continente europeo», defendió Barrot, tras reunirse al mediodía con su homólogo español, José Manuel Albares, en la capital francesa. Ambos dirigentes celebraron una reunión de trabajo en que se visibilizó la buena sintonía entre ambos países, formalizada hace dos años con un tratado de amistad. Pero sí que se observó una ligera diferencia entre París y Madrid respecto a la necesidad de aumentar el gasto militar.
La defensa «es una prioridad de la nueva Comisión Europea. Tenemos un horizonte y ahora debemos convertirlo en una realidad», insistió el responsable galo de Exteriores. Su mensaje va en la misma dirección que las afirmaciones recientes del presidente, Emmanuel Macron, quien declaró el lunes que «nuestro aliado estadounidense dice que debemos gastar más (en materia armamentística) y tiene razón». Después de su investidura a principios de esta semana, el presidente estadounidense, Donald Trump, insistió en su exigencia a los países de la OTAN de que aumenten hasta el 5% el gasto militar. Desde Francia, en cambio, se ve la necesidad de invertir más como una manera de disminuir la dependencia continental respecto a Washington.
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Aunque el Gobierno de Pedro Sánchez comparte con el de Macron y François Bayrou (primer ministro) su apuesta por reforzar el pilar europeo de la OTAN y la «autonomía estratégica» del Viejo Continente, España es uno de los países de la Alianza Atlántica que menos gasta en armamento en términos porcentuales. El gasto militar francés representa el 2,06% del PIB y en el caso alemán es del 2,12, mientras que en el español se sitúa en el 1,28. Esto le sirvió al populista Trump para que se burlara esta semana de España, presentándolo como un país subdesarrollado que forma parte del club de los BRICS.
Además de los asuntos de defensa y, en concreto, de la guerra de Ucrania, Albares y Barrot también discutieron sobre la situación en Gaza después del alto el fuego. En este sentido, el ministro español anunció el envío «inmediato» de más ayuda humanitaria, por un total de 13,5 millones para UNRWA y tres millones para oenegés españolas. Trataron, además, la situación en Siria y el Líbano, así como cuestiones migratorias.
La oficialidad del euskera, catalán y el gallego en la Unión Europea estuvo, asimismo, entre los temas examinados en el Quai d'Orsay. El Ejecutivo español intenta reactivar esta promesa en medio de las actuales negociaciones por los presupuestos de este año con el PNV y los independentistas catalanes de Junts y ERC. «He agradecido al ministro (Barrot) la posición constructiva que ha tenido Francia» respecto a esta cuestión, destacó Albares. Pese a su tradición centralista, París no ha adoptado -al menos en público- un posicionamiento hostil respecto a la oficialidad europea de esos idiomas.
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