Altercados entre manifestantes y policías en las movilizaciones de este viernes en Turín. EP

Una huelga general desafía los Presupuestos de Meloni

Los principales sindicatos italianos convocan manifestaciones en 43 ciudades y aseguran que la adhesión a los paros alcanza al 70% de los trabajadores

Darío Menor

Corresponsal. Roma

Viernes, 29 de noviembre 2024, 19:16

En las principales ciudades italianas se registraron este viernes manifestaciones en contra de los Presupuestos del año que viene diseñados por el Gobierno conservador de Giorgia Meloni. La jornada de huelga general, convocada por dos de los principales sindicatos del país, provocó paros masivos en ... el transporte, la educación y la sanidad, mientras que en el sector privado la adhesión de los trabajadores resultó bastante alta en la industria, con muchas fábricas casi vacías, siendo más reducida en los servicios.

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A diferencia de en otras naciones, donde las huelgas generales tienen una fuerte incidencia en la marcha política, hasta el punto de provocar incluso la caída de los Ejecutivos, en Italia se celebran con relativa frecuencia (ha habido al menos una al año durante los últimos cuatro años), lo que ha reducido su impacto real.

Las protestas contra el Gobierno, no obstante, fueron masivas en las grandes ciudades italianas, siendo Turín, en el norte del país, donde se vivieron momentos de mayor tensión debido al enfrentamiento entre algunos grupos de manifestantes y los miembros de las fuerzas de seguridad. En la marcha por las calles del centro de la capital piamontesa se quemaron varios carteles con las imágenes de la primera ministra, Giorgia Meloni, y de otros miembros de su Gabinete, como el 'número dos' del Ejecutivo, Matteo Salvini, líder de la Liga y titular de la cartera de Infraestructuras y Transportes.

Salvini fue particularmente criticado por limitar el derecho a la huelga de los trabajadores del sector ferroviario debido a la acumulación de paros que habían protagonizado durante las últimas semanas. Un grupo de estudiantes mostró su repulsa a esta decisión asaltando la estación de tren de Porta Susa y ocupando las vías para impedir durante horas el tráfico ferroviario.

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Según los sindicatos convocantes, Cgil y Uil, la adhesión a la huelga alcanzó al 70% de los trabajadores, mientras que en las manifestaciones, convocadas en 43 ciudades del país, participó en total alrededor de medio millón de personas. Maurizio Landini, secretario general de Cgil, que acudió a la marcha de Bolonia, donde se congregaron unos 50.000 ciudadanos, lamentó que los Presupuestos del año que viene no combatan la precariedad laboral y, a su juicio, favorezcan la evasión fiscal.

«Cero explotación laboral»

«Queremos un país donde haya cero explotación laboral y cero trabajo en negro. Estamos hartos de pagar los impuestos por aquellos a los que el Gobierno se los ha perdonado», se quejó Landini, haciendo referencia a la controvertida iniciativa del Ejecutivo para conseguir que los defraudadores se pongan al día con Hacienda ofreciendo a cambio sustanciales descuentos fiscales. También cargó Landini contra el llamado 'decreto de seguridad', que recorta algunos derechos de protesta de los ciudadanos, al perseguir las ocupaciones de fábricas o el bloqueo de las carreteras, entre otras iniciativas. «El trabajo y la dignidad de las personas deben volver a estar en el centro. Hay que darle la vuelta a este país como si fuera un guante».

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La huelga general le llegó a Meloni en un momento de fragilidad, debido a la pelea que mantienen los dos socios minoritarios de la coalición conservadora que sostiene al Gobierno: la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia (FI), el partido fundado por el fallecido Silvio Berlusconi que ahora lidera Antonio Tajani. Estas dos fuerzas políticas llevan días cruzándose críticas a cuenta del proyecto para rebajar el impuesto sobre la Rai, la radiotelevisión pública, hasta el punto de que el portavoz de FI calificó de «sinvergüenza» a Salvini, que le respondió echando mano del mítico lema de los jipis: «peace and love» (paz y amor).

Meloni habría tratado la crisis interna de su coalición en el almuerzo reservado que mantuvo el miércoles con el presidente de la República, Sergio Mattarella, muy atento a que el enfrentamiento entre la Liga y FI no acabe provocando una crisis de Gobierno cuando todavía no se ha alcanzado ni el ecuador de la legislatura.

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