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T. Díaz
Sábado, 14 de septiembre 2024, 17:04
Tras diez meses sin tener noticias sobre su paradero, los familiares de Miguel Ortiz, el soldado cántabro desaparecido en noviembre del año pasado en Ucrania, han decidido darle por muerto. Y para rendirle tributo han anunciado que el próximo día 27 se celebrará un funeral ... en su memoria en la parroquia de San Miguel de Meruelo. «A falta de comunicación oficial por parte de las autoridades, la familia realizó averiguaciones que confirmaban su fallecimiento», han señalado los allegados al militar, de 43 años, casado y con dos hijos, de 14 y 19 años.
En distintas publicaciones en redes sociales comunican que Miguel Ortiz, natural de Anero (Ribamontán al Monte) y residente en Meruelo, «perdió la vida el 22 de noviembre de 2023 cuando realizaba una misión de rescate de compañeros» mientras estaba combatiendo en Ucrania como voluntario. Apuntan no obstante que las circunstancias de este hecho están aún por esclarecer, y lamentan que «hasta la fecha ha sido oficialmente imposible tanto la confirmación del suceso como la recuperación de su cuerpo».
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El Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de España confirmó el pasado febrero que este soldado cántabro voluntario en Ucrania -que decidió alistarse en la Legión Internacional para luchar contra la invasión rusa en Ucrania, país al que llegó en octubre del año pasado- estaba «desaparecido» desde noviembre.
Ortiz, con 18 años de servicio en el 64 Regimiento de Cazadores de Montaña del Ejército español, formaba parte del Primer Batallón de la Tercera Compañía de la Legión Internacional. Según compañeros suyos de armas, habría muerto en un ataque ruso en el frente de Andriivka, en la provincia de Donetsk. Sus seres queridos han agradecido las muestras de «cariño y respeto hacia Miguel» recibidas desde entonces y han anunciado una misa en su honor, el 27 de septiembre, viernes, a las 17.00 horas en la iglesia de San Miguel de Meruelo.
Los familiares de Ortiz reclamaron al ejército de Ucrania y al Ministerio de Asuntos Exteriores de España que se hicieran cargo de la desaparición, buscaran el cuerpo y lo trajeran «a casa». «Saben perfectamente dónde ha caído. Que hagan lo que tengan que hacer, que busquen la forma de hacerlo, para recuperar el cuerpo, esté donde esté», pedía su hermana, Beatriz Ortiz, cuando llevaban más de tres meses sin saber nada de él. Ya entonces daban «casi por descartado» que hubiera sido tomado como rehén y habían perdido casi toda esperanza de que estuviera vivo, dado el tiempo transcurrido sin contactarles.
La última comunicación del soldado cántabro con sus seres queridos tuvo lugar el 22 de noviembre de 2023, cuando les mandó un vídeo en el que les contaba que le habían mandado a una misión «de rescate», de militares que habían desaparecido y, al parecer, estaban heridos. Desde entonces, no volvieron a saber nada de él, ni tampoco sus compañeros de armas. Días después, uno de éstos contactó con los familiares para comunicarles que Miguel había «caído», tras resultar herido grave después de un ataque ruso con drones en el frente de Andriivka. Y esa misma noche, la Embajada habría llamado a la esposa del militar para comunicarle que estaba «desaparecido en combate», «en acción de guerra».
Miguel Ortiz gozaba de una amplia trayectoria como soldado. Había trabajado en los cuarteles de Munguía (Vizcaya) y Jaca (Huesca) en la 64 compañía Regimiento de Cazadores de Montaña del Ejército español. Tras participar en diferentes misiones, combatiendo en Afganistán o Malí, decidió alistarse en la Legión Internacional para luchar en Ucrania, país al que acudió el pasado octubre desde Lérida (donde realizó un curso previo) y que lleva dos años y medio en guerra con Rusia.
Paralelamente, desde el frente bélico, Rusia anunció este sábado el canje de 206 prisioneros con Ucrania, 103 de cada parte, tras un acuerdo negociado por Emiratos Árabes Unidos, que incluye soldados rusos capturados por Kiev en la región fronteriza de Kursk. «Todos los soldados rusos (intercambiados) se encuentran actualmente en Bielorrusia, donde están recibiendo la ayuda psicológica y médica necesaria», agregó el Ministerio de Defensa de Moscú mientras Kiev optaba por guardar silencio.
El 24 de agosto, el Kremlin y Ucrania anunciaron, también con la mediación de Emiratos Árabes Unidos, un intercambio de 230 prisioneros, incluidos soldados rusos que quedaron cautivos tras la ofensiva sorpresa lanzada por las tropas de Kiev dos semanas antes en la región de Kursk. Según medios de Moscú, los retenidos eran en su mayoría reclutas y guardias fronterizos.
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