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Dicen que la puntualidad rigurosa, la disciplina y una incansable capacidad de trabajo son tres de sus grandes virtudes. Sus reuniones las comienza a la ... hora anunciada y quien llega tarde tiene que soportar la mirada asesina del jefe, que no se tutea ni con sus colaboradores más estrechos. Ese privilegio solo lo disfrutan los miembros de su familia, un puñado de amigos y unos pocos políticos escogidos. Friedrich Merz, un gigante de casi dos metros de altura, 69 años y una excelente condición física, ha llegado por fin a la cumbre política en Alemania como próximo canciller federal. Ha sido un triunfo electoral cantado del candidato conservador de la Unión Cristianodemócrata (CDU), que preside, y sus hermanos bávaros de la Unión Socialcristiana (CSU), al que todos los sondeos daban como seguro ganador desde hacía meses.
Este triunfo le ha llegado con dos décadas de retraso. Al filo del cambio de siglo, Merz era un prometedor político destacado entre los cristianodemócratas germanos cuando Angela Merkel se cruzó en su camino. Nacido en el estado federado de Renania del Norte Westfalia, abogado, católico, casado y padre de tres hijos, Friedrich Merz tuvo que ver impotente cómo una mujer, germano oriental, doctora en Ciencias Físicas, casada y sin hijos le arrebataba en 2002 el liderazgo del grupo parlamentario de los partidos de la Unión que ostentaba entonces y desbarataba todos sus planes políticos de futuro. Tres años después, Merkel se convertía en canciller federal, cargo que ocupó durante más de 16 años.
Merz no se quedó a verlo. Ya antes había decidido interrumpir su carrera política y dejar su escaño en el Bundestag para acceder al mundo de los negocios, donde supo desenvolverse como pez en el agua y amasar una apreciable fortuna personal. Durante casi dos décadas formó parte de numerosos consejos de administración, control y asesoría de empresas internacionales como el consorcio AXA, el Commerzbank, Deutsche Börse o BlackRock, el mayor administrador mundial de fortunas, en el que presidió su consejo de control hasta 2020. Pero decide retomar su carrera política ya dos años antes y en cuanto Merkel anuncia públicamente que abandona el liderazgo de la CDU y que no se presentará a la reelección en 2021.
Liderar a los conservadores y hacerse con la presidencia de los cristianodemócratas tampoco ha sido tarea fácil para Friedrich Merz. Tras su retorno, le costó tres intentos y más de tres años de esfuerzos lograr ese objetivo. En 2018 perdió en un congreso de la CDU contra Annegret Kramp-Karrenbauer, la candidata favorita de Merkel para sucederla, y en 2021, en otro congreso, contra Armin Laschet, que sería el candidato conservador a la jefatura del Gobierno federal en los comicios generales de ese mismo año. Laschet perdió esas elecciones contra el socialdemócrata Olaf Scholz y meses después, en enero de 2022, Friedrich Merz lograba por fin verse coronado como presidente de la CDU. Un mes más tarde asumía el liderazgo del grupo parlamentario de la Unión en el Bundestag y empezaba a preparar su ascenso al poder.
Pese a su larga carrera política, que comenzó ya en 1972 al afiliarse a la CDU cuando aún iba al colegio, Merz carece de experiencia de gobierno. Ha sido presidente de la 'Junge Unión', las juventudes cristianodemócratas, y eurodiputado, es miembro del Bundestag y jefe del grupo parlamentario conservador, pero nunca ha sido ministro o ha dirigido un gobierno, ni tan siquiera uno regional. Tampoco ha sido concejal o alcalde de algún municipio germano. Pero tiene un atributo que le reconoce la mismísima Angela Merkel, que vive retirada de la política activa y no ha hecho campaña electoral favor de su sucesor. En la presentación de su libro de memorias, Merkel comentó que para ser canciller federal hay que tener un deseo o hambre incondicional de poder. «Y Friedrich Merz lo tiene», afirmó la antigua líder conservadora.
En lo privado, Friedrich Merz es un apasionado piloto de avión que tiene su propio aparato de hélice bimotor. Su mujer, Charlotte, con la que lleva casado desde 1981, asegura que es un excelente cocinero y disfruta en sus ratos libres de la fotografía. La naturaleza, los paisajes y los retratos son sus objetivos preferidos cuando se sitúa detrás de la cámara. Nacido en 1955 en Brilon, en la pequeña región del Sauerland, está muy apegado a su tierra y tiene su residencia en la cercana localidad de Arnsberg, donde su esposa, a la que conoció durante los estudios de derecho en Bonn, dirige el tribunal administrativo local. «Juntos practicamos senderismo, nos gusta la montaña y andar en bicicleta», comentó Merz en una reciente entrevista.
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