Austria tendrá un gobierno tripartito sin la extrema derecha

«El resultado es muy bueno», afirmó el presidente del Partido Popular Austríaco (OEVP), Christian Stocker, al presentar el acuerdo a los medios en el Parlamento federal, donde subrayó que «no se ha tratado de alcanzar solo compromisos mínimos», tras reconocer que «han sido posiblemente las más difíciles negociaciones de coalición en la historia de nuestro país». Stocker destacó la importancia de las «fuerzas constructivas» que han marcado la historia de Austria y criticó sin citarlo al líder ultraderechista, Herbert Kickl, por no haber asumido responsabilidades, al contrario que las tres formaciones que han llegado a un punto común.

Stocker, que será el nuevo canciller federal de la república alpina, dijo en referencia a la bandera del país que «hablamos de rojo, blanco, rojo, de 9 millones de habitantes» y aseguró que se formará un gabinete estable y con capacidad de actuación, sobre todo por los retos internacionales que afronta el país como la guerra de Ucrania o la migración. El líder del Partido Socialdemócrata (SPOE) y próximo vicecanciller federal, Andrea Babler, se mostró «satisfecho y orgulloso» por los compromisos alcanzados y adelantó que el futuro Ejecutivo «ofrecerá respuestas a los problemas de los austríacos».

Por su parte, la jefa de los liberales de Neos, Beate Meinl-Reisinger, dijo comprender «la impaciencia por el avance de las negociaciones» y afirmó que el acuerdo no fue posible a principios de enero, porque los implicados no estaban dispuestos entonces a tomar «la responsabilidad que han asumido ahora». La líder de la menor de las tres formaciones del tripartito subrayó la importancia del consenso y defendió que en unas conversaciones como estas no debe haber ganadores y perdedores. «Les prometo que este programa tiene respuestas, también porque sabemos que tenemos que funcionar», señaló finalmente Minl-Reisinger, que ocupará la cartera de Exteriores.

Tras el fracaso del primer intento, el presidente de Austria, Alexander van der Bellen, se vio obligado al poco de empezar el año a conceder el mandato para buscar una mayoría parlamentaria al FPOE y su líder, que preside el grupo populista de extrema derecha activo más antiguo de Europa, fundado por oficiales de las SS nazis en los años 50 del siglo pasado. Kickl intentó entonces alcanzar un acuerdo de coalición con el Partido Popular Austríaco (OEVP), aunque las conversaciones no tuvieron finalmente éxito. Los conservadores abandonaron la mesa de negociaciones ante los planteamientos antieuropeos de la ultraderecha y su deseo de acercamiento a Rusia.

El pacto de los tres partidos contempla, entre otras cosas, un programa inmediato de integración para los refugiados que acoja el país con cursos de alemán, estudios sobre valores, costumbres y Derecho austríaco y medidas para acceder con rapidez al mercado laboral. Igualmente contiene rebajas impositivas para industria y empresas, así como una nueva regulación de los alquileres para la vivienda pública.

'Hacer ahora lo correcto. Por Austria', es el título del proyecto de gobierno negociado por los tres partidos con el fin de proporcionar al país un Ejecutivo estable e impedir que la ultraderecha consiga acceder al poder. Una copia del documento escrito fue entregada antes de su presentación a los medios a Van der Bellen en su sede del Hofburg, el antiguo palacio imperial en Viena. «El presidente federal estudiará minuciosamente el programa», indicó un portavoz de su oficina.

Para Kickl y el FPOE el pacto de sus rivales supone un tremendo revés, ya que aspiraban a un adelanto electoral y verse beneficiados de los sondeos, que apuntan hasta ahora a una mayor cosecha de votos por parte de la ultraderecha. El documento debe ser ratificado este viernes por el OEVP y el SPOE. Los afiliados de Neos celebrarán el domingo una consulta para bendecir o rechazar la iniciativa. A la hora de repartirse las carteras, las tres formaciones se han puesto de acuerdo para que cada uno de los grandes socios de la alianza cuente con seis ministerios, mientras que los liberales dispondrán de dos. Además se nombrarán siete secretarios de Estado.