La participación en las elecciones alemanas de este domingo se ha disparado en más de 15 puntos respecto a los comicios de 2021. El porcentaje ... de votantes que han acudido a las urnas hasta las 14.00 horas es del 52% frente al 36,5% de aquella cita con las urnas, según ha hecho saber la presidenta de la comisión electoral alemana, Ruth Brand. El dato puede dar lugar a engaño porque en aquella ocasión se votó con la pandemia de coronavirus todavía activa, lo que elevó a niveles de récord el sufragio por correo.
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Desde las ocho de la mañana se encuentran abiertos los colegios electorales para la celebración de estos decisivos comicios legislativos anticipados, en un momento de tiempos difíciles y complicados en el mundo que obligará al nuevo Ejecutivo que salga elegido en las urnas a lidiar con numerosos problemas nacionales e internacionales y a asumir un papel de liderazgo en Europa, ahora que Estados Unidos parece haberla dejado a su suerte. Casi 60 millones de personas están llamadas a las urnas, de las que 2,3 millones ejercerán su derecho al voto por primera vez. Los colegios electorales cierran a la 18,00 horas, momento en el que se hacen públicos sondeos a pie de urna.
Todos los sondeos sin excepción anuncian un triunfo incontestable de la Unión Cristianodemócrata y sus hermanos bávaros de la Unión Socialcristiana (CDU/CSU). Se espera que los conservadores retornen al poder de la mano de Friedrich Merz, tras casi cuatro años en la oposición al término de la era de Angela Merkel. El gobernante Partido Socialdemócrata (SPD) y el canciller federal, Olaf Scholz, sufrirán previsiblemente una derrota de dimensiones históricas, hasta el punto de que el partido más antiguo de Alemania verá caer su número de votos a niveles del siglo XIX.
Triunfadores de la jornada serán sin duda los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (AfD) que duplicarán sus resultados frente a los comicios celebrados en septiembre de 2021. De poco les servirá, ya que el cortafuegos levantado por el resto de los partidos para mantenerlos aislados se sostiene y Merz ha prometido públicamente que «jamás» colaborará con la formación que quiere sacar a Alemania del euro, la Unión Europea y la OTAN, crear una comunidad económica desde Lisboa a Vladivostok y expulsar a todos los extranjeros del país con su política de «remigración».
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Los Verdes, actuales socios de gobierno del SPD, se mantendrán a los niveles de voto de los anteriores comicios, mientras los liberales (FDP), a los que se culpa de haber reventado la coalición liderada por Scholz y de provocar estos comicios, perderán todos sus escaños y quedarán fuera del Bundestag si se cumplen los augurios de la encuestas. Diputados seguros tendrá La Izquierda, por la que nadie daba un duro hace pocas semanas, y que ha resucitado de sus cenizas gracias, sobre todo, al carisma de nueva presidenta Heidi Reichinnek. Inseguro es el acceso a la cámara baja alemana de la Alianza Sarah Wagenknecht (BSW), que podría no superar el 5% de votos mínimo necesario.
Las elecciones debían celebrarse en realidad el próximo otoño, pero la fractura de la coalición tripartita de Scholz forzó su adelanto el pasado noviembre. Entonces el canciller federal expulsó de su gabinete a su ministro de Finanzas y líder del FDP, Christian Lindner, por boicotear sistemáticamente el trabajo del ejecutivo. Poco después se supo que los liberales llevaban meses fraguando su salida de la coalición con provocaciones sistemáticas. Ante el anunciado triunfo en estas elecciones de los conservadores a las órdenes de Merz la gran incógnita de estos comicios es si podrá gobernar con un solo socio de coalición o se verá obligado a negociar con dos, igual que su antecesor.
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Todo depende en gran medida de que, además de La Izquierda, logren entrar en el Bundestag los liberales y la BSW. En ese caso se complica el reparto de escaños. Cuantos más partidos pequeños accedan a la cámara baja alemana más probable es que Merz necesite dos socios en vez de uno para gobernar. Todo apunta a que los conservadores negociarán una coalición con los socialdemócratas. En el mejor de los casos podrían incluso elegir entre SPD y Los Verdes, aunque esta opción se considera sumamente improbable. Quizás al final tenga que negociar con los dos para formar un nuevo tripartito.
El nuevo parlamento se constituirá lo más tarde 30 días después de las elecciones, aunque la decisión sobre el nuevo ejecutivo puede retrasarse semanas o incluso meses. Todo depende de los sondeos iniciales y de las negociaciones posteriores. Hasta entonces el actual gabinete de Scholz seguirá gobernando en funciones.
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