Joana Serra
Berlín
Miércoles, 25 de octubre 2023, 21:53
El Gobierno del canciller alemán, Olaf Scholz, se propone agilizar las deportaciones de inmigrantes irregulares, incluidos los peticionarios de asilo que hayan visto rechazada su solicitud y no tengan perspectivas de obtenerla. La ministra del Interior, la socialdemócrata Nancy Faeser, presentó este miércoles el proyecto ... de ley que, de acuerdo a sus planes, entrará próximamente en el trámite parlamentario tras haber obtenido el visto bueno del Consejo de Ministros. La medida había sido fuertemente criticada desde las bases de los Verdes, el partido de la titular de Exteriores, Annalena Baerbock, y del vicecanciller y ministro de Economía, Robert Habeck. Sin embargo, tras algunos retoques ha sido asumido por el conjunto del tripartito que forman los socialdemócratas de Scholz, más ecologistas y liberales.
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El objetivo es lograr llevar a cabo las deportaciones ya ordenadas de una manera más ágil y efectiva. Faeser destacó que actualmente se ha logrado aumentar el número de expulsiones en un 27% respecto al año pasado. Pero ese porcentaje debe aumentar, añadió, en medio de las cifras récord de peticionarios de asilo e inmigrantes irregulares que siguen llegando al país. Al millón largo de refugiados ucranianos que recibió Alemania tras el inicio de la invasión de Ucrania se suman los 250.000 peticionarios de asilo llegados al país en 2022 y una cifra estimada en más de 50.000 inmigrantes irregulares en lo que va del presente año.
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La deportación de quienes han visto rechazada su solicitud y se considera que no tienen perspectivas de integrarse en el mercado laboral alemán puede demorarse hasta un año y medio, periodo durante el cual quedan en situación de «tolerados» en el país. Esta situación afecta a los fichados como peligrosos, delincuentes o extremistas, pero que no pueden ser devueltos a su país de origen por no existir tratados bilaterales con éste o por considerarse que su vida corre peligro, en caso de ser entregados a sus autoridades.
En el paquete de medidas presentado por Faeser se contempla la extensión del periodo máximo de detención de quienes esperan ser expulsados de 10 a 28 días. Con ello se espera poder cumplimentar mejor los requisitos burocráticos necesarios para ejecutar una orden de expulsión. Asimismo se suprime la notificación obligatoria de antemano al afectado de su próxima deportación para tratar de evitar que éste huya, se esconda o abandone el país en dirección a otro del bloque comunitario.
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Desde los poderes regionales se viene apremiando desde hace meses al Gobierno federal para que agilice esas deportaciones. Los 'Länder' -estados federados- y los municipios se dicen desbordados en sus capacidades de acogida, sea de refugiados ucranianos o de otras procedencias. A ello se unen las alertas de las fuerzas de seguridad por los solicitantes de asilo que vieron rechazada su petición pero siguen en el país y puedan haberse radicalizado. Tanto la oposición conservadora como la ultraderecha, que ocupan la primera y la segunda posición en intención de voto, respectivamente, vienen acusando al tripartito de Scholz de incapacidad para ejecutar las órdenes de deportación sea de inmigrantes irregulares, de miembros de bandas criminales o de extremistas islámicos.
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