Trump acusa a Zelenski de «jugar con la Tercera Guerra Mundial» en un agrio cara a cara en la Casa Blanca

«No estás en buena posición ahora mismo», ha recordado el líder republicano a su invitado, a quien ha comunicado que su Gobierno no baraja ahora enviar «muchas armas» a Ucrania, sino que trabaja para «acabar con la guerra».

En la reunión ha intervenido también el vicepresidente, JD Vance, que también ha tenido duras palabras para Zelenski. «¿Has agradecido los envíos alguna vez?», en referencia a los arsenales suministados por el anterior gabinete de Joe Biden. El presidente ucraniano, en un tono duro y con semblante muy serio, le ha respondido afirmativamente y le ha advertido sobre confiar excesivamente en Putin, que ya antes ha roto muchos acuerdos con su país: «Ahora tenéis un océano que os separa, pero también sentiréis a Rusia». «No vas a ganar la guerra», ha intervenido Trump.

El rifirrafe ha tenido tanta repercusión que la rueda de prensa que ambos líderes iban a dar al término de su reunión ha sido cancelada. Según ha comunicado la Casa Blanca, Trump ha afirmado que «el presidente Zelenski no está listo para la paz si Estados Unidos está involucrado, porque siente que nuestra participación le da una gran ventaja en las negociaciones». Y le ha pedido que vuelva cuando esté preparado para la paz, que es lo que Trump busca.

Todo apunta a que el acuerdo que estaba previsto que ambos países firmasen en torno al fondo creado para gestionar los ingresos por los recursos naturales ucranianos no se cerrará tampoco.

El presidente de EE UU cierra de esta inesperada -y agria- manera una intensa semana de reuniones con destacados líderes europeos -el presidente francés, Emmanuel Macron, el lunes y el primer ministro británico, Keir Starmer, el jueves- en la Casa Blanca. Él quería poner la guinda con el líder ucraniano y el acuerdo para la explotación de las tierras raras que hay en la antigua república soviética. Pretendía servir también para reconducir la relación entre ambos mandatarios después de la tensión desatada, primero, por el acercamiento del magnate al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, de cara a unas posibles negociaciones de paz y, después, por su mensaje en Truth Social donde tachaba de «dictador» a Zelenski. Pero ha logrado todo lo contrario, y Zelenski se ha ido sin que Trump le despidiera en la puerta de la Casa Blanca y con la etiqueta de «ingrato» e «irrespetuoso».

La última vez que se vieron los dos presidentes fue en diciembre del año pasado durante la reinauguración de la catedral de Notre Dame en París. Trump había ganado un mes antes las elecciones en EE UU, pero aún le quedaban unas semanas para ser investido. Zelenski todavía confiaba en poder convencerle para que no abandonara a Ucrania tras casi tres años de ayuda económica y militar recibida de manos del entonces inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden. Ahora, con el demócrata fuera del poder, el líder ucraniano ha tenido que cambiar de estrategia para ganarse al republicano.

La cesión de las tierras raras que posee Ucrania parecía la vía elegida por Zelenski para tener a Trump a su lado. O, al menos, para no empujarlo por completo a los brazos de Putin. En la reunión de esta tarde se ha certificado que no es suficiente, y es evidente que la discusión tendrá grandes repercusiones. «Es un movimiento sísmico», ha sentenciado la BBC.