Secciones
Servicios
Destacamos
Sin duda Donald Trump será protagonista del año 2025. Los anuncios que ha hecho desde su victoria en noviembre ya influyen poderosamente en la economía global y en las relaciones internacionales. Pero los que nombran a Trump personaje del año en 2024 pasan por ... alto a otro político mucho más relevante para entender un relevo trascendental en el trabajo más importante del mundo. Joe Biden debería ser considerado figura del año y su trayectoria política estudiada a fondo. Ha hecho que su partido pierda las elecciones al ambicionar cuatro años más en la Casa Blanca. El anciano presidente se ha convertido en un carácter digno de una tragedia clásica: toda una vida dedicada con trabajo y seriedad a ascender en el escalafón, superando mil obstáculos, desde sus orígenes modestos, su tartamudez o su tendencia a meter la pata. Al final, una constancia impresionante se ve coronada por una presidencia meritoria, en la que al final abre la puerta del poder a su némesis, un rival que debilita la democracia estadounidense, dispuesto a deshacer su obra conseguida con tanto esfuerzo.
Biden es culpable de haber abierto de nuevo la puerta del Despacho Oval a un candidato que tiende a comportarse como un monarca absoluto, lo último que pretendía el demócrata cuando se presentó en 2020. La tardía retirada de la carrera electoral del anciano presidente solo se produjo cuando por fin fue evidente para millones de votantes que no reunía las condiciones de seguir adelante. Si hubiese dado un paso atrás en el otoño de 2023, Kamala Harris no hubiera sido la candidata y otro aspirante, posiblemente un centrista con más experiencia de gobierno habría competido en las elecciones presidenciales con mejores posibilidades de victoria. Contaría con la legitimidad de vencer en unas primarias. Habría disfrutado de más tiempo de confrontar al candidato republicano, movilizar a los votantes y darse a conocer.
Noticias relacionadas
La explicación más clara del error estratégico de Biden es la adicción al poder, una pandemia de la que pocos dirigentes se libran. La sensación de ser poderoso es metamórfica, es decir, transforma al que la experimenta. Con frecuencia lleva a sentirse por encima de las normas y a atreverse a hacer cosas que nunca se había planteado. La camarilla de Biden -su mujer y sus asesores más senior- es también responsable de no haber querido aceptar la realidad y pensar que ésta se amoldaría a sus deseos. El presidente pasará a la historia por un único error garrafal. Desde su casa en Delaware verá cómo discurre justo de la forma que quería evitar a toda costa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.