El exjefe de gabinete de Donald Trump, Mark Meadows, testificó el lunes en una sesión especial sobre el 'caso Georgia' -la trama para anular las elecciones de 2020- en un intento de trasladar su juicio a un tribunal federal. Un movimiento sorpresa que busca un ... clima más benevolente: muchos de los jueces en ese ámbito fueron nominados por la Administración republicana, no habría cámaras de televisión en la sala y las prisiones son menos duras.
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Meadows tuvo que someterse a una inusual comparecencia de casi tres horas ante el tribunal donde testificó sobre los esfuerzos de Trump para anular la victoria de Joe Biden en Georgia, con el riesgo de ofrecer un testimonio que podría incluir información potencialmente perjudicial para su juicio futuro. El principal asesor del expresidente argumentó esencialmente que sus llamadas telefónicas y sus reuniones con funcionarios estatales eran parte de su trabajo gubernamental y no de actividades políticas. En el estrado tuvo dificultades a la hora de diferenciar entre las tareas de Estado y las de campaña, y evitó preguntas sobre si creía que el político republicano ganó en 2020.
El antiguo jefe de gabinete de Trump se enfrenta a dos cargos por delitos graves, incluido extorsión y solicitud de violación de juramento por parte de un funcionario público. El juez que lleva el caso, Steve Jones, no se pronunció sobre el intento de trasladar el proceso a un tribunal federal y avisó la decisión no llegará antes del 6 de septiembre.
El verdadero objetivo que Meadows persigue con este movimiento es tratar de invocar la inmunidad gubernamental y lograr que se desestime todo el caso. Los expertos legales señalan que un juicio en un tribunal federal podría ofrecer al equipo de defensa más opciones para argumentar la inocencia de su cliente. Y un fallo a favor de él podría beneficiar también a otros acusados -la lista incluye a Trump y un total de 18 cómplices- que han hecho solicitudes similares.
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El traslado del juicio podría afectar asimismo a la ley sobre el crimen organizado que generalmente se utiliza contra la mafia y que en este asunto ha servido para atar toda la acusación, que permite imputar a todos los involucrados en el delito. Al igual que Trump, Meadows intenta valerse de una interpretación de la libertad de expresión que les exonera de delitos. El expresidente deberá sentarse la próxima semana ante la Justicia de Georgia para la lectura de cargos, algo que ya hizo semanas atrás en Washington.
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