Nuevos relatos iluminan la ligereza directiva de Oxfam

La revista digital Irin, que se desgajó de la ONU hace dos años y lleva dos décadas informando de la actualidad en emergencias y acciones humanitarias, ha publicado el testimonio de una mujer sueca, Amira Malik Miller, que viajó a Monrovia en 2004 como parte del equipo destacado por la asociación Merlin, dedicada a provisión de medicina, cuando Liberia era sacudida por una guerra atroz.

Miller afirma que al llegar a la capital advirtió un ambiente de promiscuidad de los hombres que formaban el equipo, dirigido por Roland van Hauwermeiren. Pagaban a mujeres por favores sexuales, algunas de ellas con apariencia muy joven. Lo denunció, Van Hauwermeiren dimitió y otros colaboradores pidieron perdón. Miller y otros cooperantes que prefieren hablar desde el anonimato dicen que otras ong y los organismos de la ONU actuaban en Liberia de manera igual o peor.

Su sorpresa y espanto fue que, cuando era una funcionaria del Ministerio de Desarrollo Internacional sueco, le llegó un dossier para analizar el programa de ayuda en Chad, en 2008, y Van Hauwermeiren lo dirigía. Se ha publicado que creó allí un entorno similar al que ha sido la espoleta de este escándalo, el establecimiento por el belga en la sede de Oxfam en Haití, en 2011, de un centro habitual de actividades sexuales retribuidas.

No existen certificados profesionales de cooperante, por ejemplo, y las ong han actualizado sus procedimientos para filtrar al personal contratado, según sus directivos, pero la descripción de una exdirectora de protección de Oxfam, Helen Evans, en una entrevista con el canal 4 de la televisión británica, revela una extraña pasividad entre los actuales responsables de la organización.

Evans y una colega hicieron un sondeo del personal y voluntarios de Oxfam y un 10% afirmaba que había sufrido acoso o abuso sexual por parte de colegas, algunas personas les dijeron que habían sufrido violaciones o intentos de violación, otros vieron que se exigía a mujeres que aceptaran relaciones sexuales si querían recibir la ayuda de la organización. Posiblemente en Sudán.

La falta de filtros del personal se extiende a las tiendas que venden objetos donados por vecinos, con frecuencia de segunda mano, y que sirven para recaudar fondos. Se han dado casos de abuso de menores voluntarios. Y cuando Evans lo denunció ante la dirección de Oxfam o al organismo supervisor, pidiendo más personal y foco en el problema, le dieron largas. En 2015, en 2017.

Oxfam, que adoptó el nombre de su firma en el telégrafo (Ox de Oxford, Fam de 'famine', hambre) tras su creación en la ciudad universitaria, en 1942, fue promovida por cuáqueros. Este tipo de organizaciones se han llamado 'charities', caridades, hasta su conversión en ong. Son resentidas por las derecha nacionalista británica, que quiere reducir o eliminar la ayuda al desarrollo. El ex ministro de Exteriores, William Hague, ha advertido que sería negativo cortar las subvenciones a Oxfam

En estas circunstancias que incluyen a estas 'caridades' puritanas en la crecida contra el abuso sexual, ha caído el presidente de Oxfam Internacional, una organización afiliada. El guatemalteco Alberto Fuentes ha sido detenido junto al expresidente, Álvaro Colom, en cuyo Gabinete sirvió como ministro de Hacienda la pasada década. Se les investiga por posible corrupción en la compra de los autobuses municipales de la capital.