Los libros son un tesoro y en ocasiones también esconden verdaderas joyas entre sus páginas. Es el descubrimiento que hizo Sharon McKellar hace diez años. Desde entonces esta bibliotecaria de Oakland, en California, se ha dedicado a rastrear estos maravillosos hallazgos ocultos dentro de cada tomo en las estanterías de la biblioteca pública de la ciudad. Fotografías, listas de la compra, dibujos, billetes de avión o todo tipo de marcapáginas, Sharon explica que su colección es un botín que disecciona la naturaleza de cada lector. Sus favoritos son los niños, porque su sentido del humor, asegura, es inimitable y auténtico. "Hagan lo que hagan, siempre encuentran una excusa para divertirse", admite entusiasmada. Cualquier objeto encontrado en los libros que se devuelven en esta biblioteca se envían a la oficina de Sharon. Ella los recibe con mimo, los escanea y los sube a su web para poder compartirlos con todo el mundo. "Me encanta imaginar cómo llegaron hasta aquí, insiste, pienso en que cada cosa olvidada entre las páginas ha pertenecido a alguien antes, es un archivo perfecto de nuestra comunidad y del tipo de gente que usa la biblioteca". Sin duda la prueba de que todos estamos conectados y dejamos huella allí donde por donde pasamos o, en este caso, donde leemos.-Redacción-
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Más videos
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.