Novak Djokovic llegaba al hotel de Melbourne donde pasará su cuarentena hasta el lunes, después de que no se le permitiese la entrada al país ... por no tener la vacuna contra el COVID-19. La ya no participación del serbio en el Open de Australia ha derivado en un conflicto diplomático de primer orden tras la negativa de las autoridades australianas a aceptar su entrada en el país. El número uno del tenis mundial, que viajó a Australia para jugar el Open que empieza el próximo 17 de enero, y buscar su vigesimoprimer record en un Grand Slam, estuvo ayer nueve horas retenido en el aeropuerto de Melbourne, sin teléfono móvil y custodiado por dos agentes. Sus abogados han recurrido ante la justicia australiana la revocación de su visado y, según estos mismos, el país ha aceptado retrasar la decisión sobre su deportación. Mientras tanto, los aficionados se manifiestan frente al hotel del tenista, bailando y con pancartas para apoyarlo.
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