La oposición surcoreana vence por mayoría en unas legislativas que castigan al presidente Yoon

Antiguo fiscal general, llegó al poder en 2022 con un margen mínimo del 1% frente al líder del PD, Lee Jae-myung, y desde entonces se ha convertido en un líder impopular por sus maneras autoritarias a la hora de gobernar. Según una encuesta de la consultora estadounidense Gallup, un 58% de los votantes calificaron la labor del mandatario como «muy mala», lo que refleja un nivel de desaprobación que se ha reflejado en el número de votos obtenido por su partido.

Los sondeos auguraban una victoria aplastante del grupo opositor y sus aliados y así ha sido. A medida que el escrutinio avanzaba, el número de asientos de la izquierda iba en aumento para detrimento del partido del presidente. Por su parte, la formación gubernamental ha visto cómo ha caído de los 114 representantes actuales a 93. El recién fundado partido Reconstruyendo Corea, del exministro de Justicia Cho Kuk, ha obtenido un escaño, al igual que el Partido Progresista y Nuevo Futuro. Este es uno de los peores escenarios que podía imaginarse el líder Yoon Suk Yeol. Un fuerte revés de cara a su gobierno durante los próximos dos años, ya que su inferioridad en el Parlamento le incapacita para llevar adelante sus propuestas más conservadoras adelante.

El bajón del Partido del Poder Popular se debe a que miles de ciudadanos acusan al presidente de priorizar su agenda internacional sobre los problemas de la nación. El retroceso de la economía se ha convertido en el principal reproche al partido de Yoon. La población se enfrenta a una inflación al alza y un acusado descenso de poder adquisitivo que ya ha causado desórdenes, por ejemplo, en el precio de la vivienda o el deterioro del sector sanitario. Precisamente en vísperas de los comicios, los médicos del país se pusieron en huelga en demanda de una mejora de las condiciones laborales.

Las redes sociales han jugado en contra del actual presidente desde que los partidos comenzaron a hacer campaña. Un vídeo difundido el pasado enero en el que su mujer, Kim Keon-hee, recibe como obsequio un bolso de Christian Dior valorado en más de 2.000 euros no ha hecho sino aumentar las críticas sobre la pareja presidencial. Aunque la grabación se remonta a septiembre de 2022, ha abierto un debate sobre la integridad política que incluso ha prendido en algunos sectores de su propio partido.

Además, el pasado marzo el mandatario quiso sumarse un tanto en plena campaña en su visita a un supermercado en la capital del país, Seúl. El objetivo era mostrar cómo su gobierno ha conseguido atajar la inflación de los alimentos, una de las principales preocupaciones públicas de cara a los comicios. Pero lo que iba a ser una victoria, terminó en desastre. El presidente recogió un manojo de cebolletas, un ingrediente muy utilizado en la cocina coreana, y señaló que el precio que marcaba, 875 wones (alrededor de 59 céntimos), «es razonable». El problema es que, según afirmaron medios locales, el propio centro había realizado un descuento especial ante la visita del presidente. Meses antes, el mismo producto se vendía a 3.000 wones (dos euros). Este acto se expandió por las redes sociales y los candidatos del partido de la oposición adoptaron las cebolletas como un símbolo en sus mítines electorales, debilitando la figura del presidente hasta tal punto que ha prohibido llevar este producto a los colegios electorales.

Estados Unidos, Japón y China han observado con absoluta atención los resultados electorales. El presidente ha desarrollado una intensa política de acercamiento al Gobierno nipón y ha estrechado lazos muy firmes con Washington, que ha aprovechado su estrategia de firme oposición a Corea del Norte. Durante estos dos últimos años, las relaciones entre las dos Coreas se han enturbiado sensiblemente. Han roto y restablecido en varias ocasiones su línea de comunicación mientras el régimen de Pyongyan se ha entregado a un programa constante de ensayos tácticos de misiles que sume en la inquietud a los surcoreanos. La estrategia del presidente, sin embargo, divide a la población. Muchos temen que su acercamiento a EEUU desate una mayor tensión en el vecino del norte. Aunque con la victoria de la izquierda, Yoon tendrá más complicado que sus planes se realicen.